26. Bigger than the whole sky

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Bigger than the whole sky

No aparecen palabras después de la noticia de Alexander, ni de mi parte, ni de Federer, ni de mi padre. La sal de mis lágrimas sale de mis ojos una y otra vez y entra en mis oídos al fijar mi vista sobre el techo. Solo puedo recordar todos aquellos momentos donde Alexander significó algo más.

Y es tan triste pensar que todo terminó ahora.

«...Adiós, adiós, adiós.
Eras más grande que todo el cielo,
Fuiste más que un corto tiempo,
Y tengo mucho por qué añorar
Tengo mucho sin qué vivir,
Nunca voy a conocer...
Lo que pudo haber sido, y lo que hubieras sido»
escucho a Taylor Swift cantar en los parlantes de mis auriculares, y mientras la escucho imagino una y otra vez en distintas escenas donde Alexander es asesinado a mano fría.

Federer intenta consolarme, manteniéndose acostado a mi lado, dándome mi espacio con mi música y mis lágrimas, y simplemente estando allí... Presente. En silencio, mirando el techo y conteniendo sus palabras.

Al cabo de un rato, quito mis auriculares, me levanto de la cama y vuelvo a recostarme ante una recaída de llanto que me impide avanzar. Y sé que debo hacer cosas: por ejemplo, muero por orinar. Pero mi cuerpo me traiciona en un llanto desgarrador una y otra vez.

Esta vez, Federer me abraza con todo su cuerpo y besa mi frente cariñosamente. Al cabo de algunos minutos, ambos estamos llorando mientras mojo su pecho de lágrimas.

Es al siguiente día, que despierto con los ojos hinchados y la boca húmeda y Federer está afuera, entrenando, y yo decido pasar un día más en cama... Escuchando Bigger Than The Whole Sky en repetición.

«¿Te llevó alguna fuerza porque no oré?
Todo lo que está por venir se ha convertido en cenizas»

De repente, una fuerza exterior acurruca mi corazón con un intenso dolor como si fuese una apuñalada, me retuerzo en la cama y grito desgarrada.

Federer ingresa corriendo, con sudor en la frente y ojos exaltados, y me ve como una bebé llorando y gritando totalmente consumida por la culpa y la tristeza.

―Ven aquí ―dice él tomándome de una de las piernas.

Me arrastra hasta él, me levanta de la espalda y me llena de besos dulces sobre mis mejillas mojadas. No puedo evitar suprimir mis ojos y dejar caer mis lágrimas, ni tampoco de gritar, así que, me levanta como si fuese una niña y me lleva hasta el baño.

En un abrir y cerrar los ojos, estamos desnudos y sentados en la bañera, con agua caliente y espuma en nuestros cuerpos. Poco a poco mi rostro se endurece, y las lágrimas comienzan a tener cierto ardor y molestia sobre mi piel.

―Está bien, mi vida, está bien... Tranquilízate ―dice en tono suave y me besa la frente.

No tengo fuerzas ni para levantar mis brazos, así que él decide pasarme el jabón y la espuma por el cabello y el cuerpo, y al cabo de un rato, me obliga a tomar un poco de agua y comer queso.

Esa noche decido desnudarme y hacer el amor, pensando en alguien más. Y sé que él lo sabe, pero aún así, permite que así lo piense.

Al siguiente día despierto y me levanto casi sin fuerzas, pero con un poco más que el día anterior. Visto mi cuerpo de negro y decido orar por él. Releo la carta y esta vez mi mente se detiene en las últimas palabras cuando habla de mi abuela y de mi madre.

Si conocía a mi madre, ¿Significa que ella está viva? Pestañeo un par de veces pensando en esta posibilidad, y decido, entonces, finalmente, comenzar la búsqueda.

La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora