18. Somewhere in the haze, got a sense I'd been betrayed

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Somewhere in the haze, got a sense I'd been betrayed

―Mi niña ―dice mi padre al verme ingresar al living de mi casa con Roger detrás―. Ven aquí ―estira sus brazos.

Voy directo a él, soltando mis bolsos, y caigo rendida en un abrazo, dejando mi cabeza recostada sobre su hombro. Creo nunca me sentí tan aliviada de ver a mi padre.

―Te dije que era peligroso.

―Debí escucharte ―susurré en su oído.

―No fue culpa tuya.

Detrás de mi padre, veo a Alexander parado allí, al costado del marco donde comienza la cocina. ¿Cómo escapó tan rápido?

Me solté, y cuando Federer quiso acercarse a mí, mi padre se colocó en medio como si fuese una especie de escudo contra él y dijo:

―Roger, tú y yo debemos hablar.

―Me gusta Lana Del Rey ―dijo Alexander dando vueltas en mi habitación, mientras yo desempaco mi valija y apago las luces del salón para que solo quede el velador de luz cálida iluminando―

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―Me gusta Lana Del Rey ―dijo Alexander dando vueltas en mi habitación, mientras yo desempaco mi valija y apago las luces del salón para que solo quede el velador de luz cálida iluminando―. Pero no conozco su música del todo, ¿Qué discos debería comenzar a escuchar?

No contesté, me irrita, y él lo sabe.

―¿Rybana? ―pregunta rendido sentándose sobre el borde de la cama.

―¿Qué?

―¿Cómo te sientes?

Ahora sí le presté atención. Estuve más de 14 horas viajando, de helicóptero en helicóptero y de avión en avión, con la voz de mi abuela dando vueltas por mi cabeza una y otra vez, afirmándome que, mi madre está viva en algún lugar y que es mi deber encontrarla. Y nadie hasta ahora me preguntó cómo me siento, ni siquiera yo me pregunté.

―Fatal ―respondí.

Y recordé que Alexander es mitad ruso y mitad ucraniano, y que probablemente tuvo que dejar su familia atrás en Rusia y en Ucrania. Sin embargo, aquí está, interesándose más por mí que por él.

―¿Cómo estás tú? ―pregunté sentándome en el espacio a su lado.

Él me observó, también sorprendido de mi pregunta. Parece que nadie le ha preguntado a él cómo se siente.

―Fatal, también ―asiente.

Me quedé en silencio, mirándolo fijamente. Y después de todo, tal vez no es feo físicamente. Su nariz es torcida y larga, sus labios son delgados y grandes, pero sus ojos... Sus ojos son enormes, redondos, y me observan como si me estuvieran hablando. Y en esa charla, me están pidiendo alguna señal de cariño.

―¿Tu familia está bien? ―me atrevo a preguntar.

―No tengo idea, cortaron todas las líneas. Incluso el internet. Por suerte tu padre envió un helicóptero a tiempo pero, no sé qué pasó con los demás.

La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora