11. El camino de Australia Open I

153 21 16
                                    

11

EL CAMINO DE AUSTRALIA OPEN.

PRIMER PARTIDO

Bien, aquí vamos.

Escucho mi nombre ser llamado, sostengo mis bolsos y camino lentamente hasta llegar a la cancha. Una serie de aplausos resuenan en el estadio, que por cierto, nos dieron la cancha con más butacas porque Serenka es una jugadora élite.

Sin embargo, cuando la nombran a ella, los aplausos se multiplican y todos se levantan de sus asientos para sonreírle.

Serenka hace tres meses que es la número dos del mundo, tiene 25 años y lleva más de seis años como profesional. Yo apenas llevo un día siendo profesional.

El juez nos llama a ambas, y dejo relucir mi vestuario que mi padre pidió a una marca de nuestro país. Se trata de un vestido deportivo que me llega hasta los muslos, de color verde agua y con bordes blancos que en palabras pequeñas nombra mi país. Luego unas zapatillas blancas, y sobre mi cabeza una visera también blanca.

―Tiraremos la moneda para saber quién saca. ¿Rybana prefieres cara o...?

―Cara.

El juez tira la moneda y la misma sale a mi favor.

―¿Prefieres recibir o hacer saque?

―Recibir ―respondí.

―Perfecto, chicas, una foto entre ustedes.

El juez se retira y no entiendo bien qué sigue después, pero Serenka se posiciona a mi lado y me toma de los hombros delicadamente. Dirijo mi mirada hacia delante, y un fotógrafo me ciega con su flash.

Serenka me suelta sin siquiera hablarme o mirarme, y se retira corriendo hasta detrás de la línea trasera. Imito su acción, y no sé bien qué sigue, hasta que veo que ella toma una pelota y me la lanza en forma de entrenamiento, así que comenzamos a entrar en calor hasta que el juez dice:

―Tiempo.

Suspiro y trato de tranquilizarme. Giro mi cabeza y solo veo a mi padre y a mi fisioterapeuta. ¿Por qué Federer nunca quiere mostrarse?

―Primer servicio, Serenka ―ordena el juez dando por comienzo el partido.

Serenka estira la pelota, la despliega de sus manos y la lanza débilmente hasta mí. Respondo agresivamente sin siquiera pensarlo o analizarlo. La pelota cae sobre la línea, y ella no llega, aún así, afirma que la pelota estaba «fuera», y el juez lo toma como cierto. Yo tengo en claro lo que vi: la pelota picó sobre la línea, jamás estuvo out, sin embargo, no me quejo.

Serenka: 15.

Rybana: 0.

Segundo saque. Serenka lanza la pelota un poco más veloz que la vez anterior, le respondo pasivamente, ella devuelve la bola hacia el otro lado de donde estoy para hacerme correr, asiento a su orden y corro hasta la pelota, pero doy dos pasos adelante y la pico de abajo arriba haciéndola imposible de devolver.

Serenka: 15.

Rybana: 15.

Fue una jugada audaz, no tengo idea cómo se me ocurrió tomar dicha decisión.

Tercer saque, Serenka falla rebotando la pelota contra la red, y el juez le da otra oportunidad.

Cuarto saque, hace un ACE.

Serenka: 30.

Rybana: 15.

Quinto saque. Intenta hacer un ACE, pero esta vez yo aprendí cómo hizo la vez anterior, y pongo toda mi fuerza en un brazo para responderle la pelota y... No hay ACE. La pelota regresa a su lado como una bola de fuego, sus ojos se abrillantan y en esos microsegundos se pregunta cómo mierda pude quitarle el punto. No lo entiende, y de tan perpleja que se encuentra, deja la pelota picar.

La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora