29. Crecer

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Crecer

Dormí sola aquella noche, a pesar de haber ganado. Y al siguiente día me desperté con un mensaje de la Federación femenina de Tenis pidiéndome presentarme en el salón principal del hotel para una reunión. Supongo que mi actitud hacia la entrevistadora no fue adecuada ni muy bien vista.

Intenté levantarme, pero un tirón en mi cuello hizo que recayera sobre la cama. No tengo dudas de que, por primera vez, estoy lesionada. La lluvia, la espera, la tensión, las horas de juego, las estrategias de Carolina y la larga semana, hicieron que mi cuerpo finalmente se lesione.

Me gustaría que Federer estuviera aquí, diciéndome qué hacer en una situación así. En su lugar, llamé a mi fisioterapeuta para que me masajee el cuerpo y me solucione las lesiones del cuello y de las rodillas.

―No puedo hacer magia ―dijo él―. Pero puedo relajarte y estirarte los músculos.

―Supongo que eso ayudará, mañana tengo la final.

―¿La final? ¿Y por qué Roger no está aquí?

―Parece que su ex mujer lo necesitaba de urgencia.

No escuché una respuesta de su parte, pero sí un silencio de que sabe más que yo sobre ciertas cosas.

―Bueno, ahora no puedes quedarte callado ―le ordené, girando mi cuerpo semidesnudo en la camilla―. Habla.

―¿Si sabes que ella lo engañó muchísimo tiempo con su personal trainer, no?

―Sí, lo sabía ―miento mientras él masajea mis piernas―. Pero, ¿Qué con eso?

―Bueno, Roger... Roger le rogó muchísimo tiempo salvar la relación, pero, ya sabes cómo son las cosas.

―Ajá.

―Así que, Roger finalmente le pidió el divorcio. Él intentó salvar la relación, pero...

―¿Pero qué?

―Cuando te conoció a ti... Entendió que él valía más. Y ahora ella está enloquecida porque lo perdió para siempre. Y hace cosas raras, como exponer de excusa a los hijos con tal que él regrese a su casa, y demás.

―Entiendo.

Edward, mi fisioterapeuta, es un hombre joven. Debe tener al menos seis años más que yo, sin embargo, las arrugas alrededor de sus ojos y sus labios secos enseñan que tiene un largo recorrido y una gran experiencia alrededor del mundo.

―Si algún día te sientes sola y necesitas un poco de compañía, aquí estoy ―dice.

Y lo dice en un tono que me pongo tensa, y él nota que estoy tensa.

―¿Le harías algo así a Roger Federer? ―le pregunté.

Su suave mano atravesó mi rodilla llegando hasta mi muslo, y contestó:

―No tienes idea las cosas que haría.

Me levanté de la cama inmediatamente, y sin decir una sola palabra, me vestí y me despedí con un saludo de manos... Como si nada hubiera sucedido.

 Como si nada hubiera sucedido

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La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora