35. La número 12 del mundo

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La número 12 del mundo

Federer no mintió. Desperté con un gran escándalo a nivel internacional sobre el rechazo de Wimbledon a los jugadores rusos. Al principio creí que las personas, en los comentarios de las redes sociales, se mostrarían en contra de nosotros simplemente porque Putin es un hijo de puta... Pero en lugar de eso, la mayoría, ―excepto los ucranianos― se mostraron comprensivos y acusaron a los organizadores del torneo de "Rusofóbicos".

Recibí varias llamadas y mails de abogados y firmas importantes aconsejándome denunciar al campeonato. Pero me negué. Porque quiero volver a Wimbledon, y quiero volver de la única manera que sé hacerlo: jugando tenis. No quiero regresar con una orden del juez, ni con un problema legal. Quiero regresar siendo la campeona de Wimbledon 2023, y tendré que luchar por ello.

Por ahora, así como dijo Federer, solo queda finalizar el año 2022 siendo la número 1 del mundo. Me lo propuse hace un tiempo y quiero cumplir esa promesa.

―Quiero un entrenamiento más duro ―le dije a Roger.

Roger contrató a nuevos asesores de entrenamiento mientras él regresó a Suiza a ver a sus hijos, y yo pasé una semana entera entrenando de mañana, tarde y noche.

Pero el domingo, el último día antes de recomenzar mi agenda tenística, tuve un sueño donde la vi. A mi madre. Ella estaba allí, tan hermosa y fresca. Tenía el cabello anaranjado pero rubio, no sé cómo explicarlo, pero era ella. Lo supe desde el primer momento.

Me sonrió, me tomó de la mano, y sentí un tacto tan cálido al tocar su piel que fue real. Sé que fue real. Sus ojos eran azulados, sus cejas rubias, su cuerpo era largo como el mío y su mirada era serena.

Ella me guio hasta una habitación, donde me mostró dos bebés. Una más grande que la otra. Dos niñas, y algo intentó decirme, pero desperté. Y desperté asustada, temblando, y agitada.

Tuve que repasar la imagen una y otra vez en mi cabeza para no olvidarla, y ya no pude conseguir el sueño.

Para el mediodía, después de siete días sin verlo, Federer reapareció en la mansión. Me lancé a sus hombros y le dije:

―La vi. Es hermosa. La vi en mis sueños.

Federer no es el tipo de hombre que cree en estas cosas del inconsciente o de los sueños, y le costó creerme. Pero cuando lo hizo, sus ojos se llenaron de lágrimas.

―Entonces no era una prostituta cualquiera, como dijo tu hermano, ella te quería ―dijo él.

―No lo sé. No la conocimos. No sabemos a ciencia exacta si ella fue una buena madre o no. Tal vez soy yo creándola en mi mente... ¿Crees que debería ver un especialista?

―Creo que deberías tomarte una muestra de sangre en el hospital, y ponerla a disposición en el laboratorio internacional para que ellos luego busquen a la persona que coincide con tu ADN.

Hice caso y seguí todos los pasos, pero para eso, tuve que atrasar una semana mi regreso a la agenda tenística. Es la primera vez en mucho tiempo, sobre todo desde que soy profesional, en que algo de mi vida no pasa por el tenis... Sino por mí.

 Sino por mí

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La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora