63. Serbia II

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Serbia II

―¿Puedo no darte motivos del por qué estoy aquí? ―pregunto.

―No.

Paris Waters tiene una extraña manera de observar a las personas: pareciera que se introduce en tu cabeza y te lee la mente. Da escalofríos tenerla tan cerca, apoyada justo sobre el marco de la puerta de la habitación de invitados.

―Es que no me apetece hablar ―digo.

―A mi sí.

―Pero...

―Oye, linda, no todos los días recibo a la número uno del mundo en la puerta de la casa de mi pareja totalmente mojada y asustada. Así que, sí, quiero explicaciones de por qué estás aquí cuando tienes una vida perfecta en Suiza.

―¿Crees que tengo una vida perfecta?

―No sé y no me interesa. Me interesa saber, únicamente, por qué estás aquí.

Y la respuesta es que no lo sé. Así que me siento en la punta de la cama de invitados, y respondo:

―No tengo a nadie.

―Yo tampoco, y no por eso voy a tu casa.

―¿Te molesta que esté aquí?

―No.

―¿Entonces por qué me preguntas cosas que ni siquiera sé las respuestas?

―¿Es lo mínimo que puedes hacer si apareces aquí de la nada, no?

Sin embargo, decide no indagar más. Se da la vuelta y me cierra la puerta dándome privacidad.

Despierto a las seis de la madrugada, después de que Paris me dejara cómoda la noche anterior, me bañé en el baño de la habitación y luego caí en un sueño profundo sin antes avisarle a Roger que estoy bien

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Despierto a las seis de la madrugada, después de que Paris me dejara cómoda la noche anterior, me bañé en el baño de la habitación y luego caí en un sueño profundo sin antes avisarle a Roger que estoy bien. Él no respondió, pero leyó el mensaje.

Y ahora, siento un dolor físico increíble en las piernas y brazos, y por primera vez dejo caer una lágrima al sentir un empujón de los bebés que están dentro de mí. Hoy cumplo seis meses de embarazo.

Lo bueno de estar en Serbia ―más allá de la reacción negativa de Paris― es que me siento segura aquí. Dormí como un ángel toda la noche, no tuve pesadillas y siento cierto aire de... Seguridad y comodidad.

Suspiro, y me enderezo. Me visto y salgo de la habitación. Noto que la escalera tiene en forma de caracol y cada escalón me marea más y más hasta finalmente cruzarme con la cocina.

Novak y Paris están frente a frente en una larga mesa blanca con sus uniformes de tenis, comiendo una tostada y tomando jugo. Ella me observa con esos ojos que tanto intimidan, y él intenta no observarme porque comprende que con la mirada penetrante de Paris es suficiente.

La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora