15. Rusia II

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RUSIA II.

St. Petersburg Ladies Trophy , RUSIA.

Mi papá no respondió, solo sonrió como si todo estuviera bien, y se retiró de la casa.

Dos horas después, Federer y yo estábamos llegando a Rusia por primera vez. Al menos, esta es mi primera vez.

En el aeropuerto recibieron a Roger como si fuera el hombre más famoso del mundo; casi no nos dejaban caminar durante el amontonamiento, y me sorprendió que hasta los policías pedían autógrafos.

Subimos a una limusina que estaba esperando a otra celebridad, pero el chofer no se negó a llevarnos a un hotel con tal de que le firmemos el asiento. Esta es una de las pocas veces que me piden un autógrafo.

Me avergoncé un poco porque sentí que el chofer pidió el autógrafo por cortesía y no porque realmente me conozca.

Sin embargo, durante el viaje, no pude evitar sorprenderme de las coloridas, detalladas y geométricas construcciones de St. Petersburg. Pero para cuando finalmente me desconcentré de la vista de mi alrededor, noté a Federer observándome con una sonrisa escondida en sus labios, de esas que no quieren ser admitidas. Sus ojos están profundizados en mí, y su cabeza recostada sobre la ventanilla de su lado, mostrándose totalmente atontado, o mejor dicho, pensativo.

―¿Qué? ―pregunté a la par que levanto mis hombros y vuelvo a bajarlos.

―Nada, estoy recordando la primera vez que viajé a Rusia ―negó con su cabeza y desvió su mirada hacia delante―. Te encantará este torneo.

No sé ni cómo, pero en las prácticas logré saques superiores a 200km por hora, lo que es anormal para cualquier tipo de jugador, incluso para Federer es difícil de lograr

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No sé ni cómo, pero en las prácticas logré saques superiores a 200km por hora, lo que es anormal para cualquier tipo de jugador, incluso para Federer es difícil de lograr. Su rostro de sorpresa cuando lo hice varias veces seguidas quedó guardado en mi mente. Y seguramente quedará grabado el resto de mi vida.

―Bien, lo practicamos cientos de veces ―dice Federer sentado a mi lado, mientras viajamos en el auto sentado uno al lado del otro, ingresando al torneo―. Tu fuerte es el saque, así que intenta no fallar en eso. Y después, disfruta.

―¿No estarás en la tribuna?

Él giró su rostro para observarme, como si quisiera ser sincero conmigo, pero hay tan poco espacio entre él y yo en este carril que no puedo hacer lo mismo.

―Es complicado ―dijo.

«Ya entendí, te avergüenzo», pensé y bajé mi mirada al suelo.

―No hagas eso ―posicionó una mano sobre mi pierna.

De repente siento cosquillas en todo mi cuerpo.

―No te tortures mentalmente ―insistió y quitó su mano.

El auto estacionó sobre las puertas de la cancha, y bajé para escapar de la situación lo antes posible.

El auto estacionó sobre las puertas de la cancha, y bajé para escapar de la situación lo antes posible

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La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora