Capitulo 11-Elevador

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Ella Se apretó contra mí y apenas pude reprimir un gemido. No, Poche. No vas a permitirle que te afecte de esta manera nunca más, me ordené mentalmente a mí misma. Pero a medida que sentía toda su longitud presionada contra mí, sentí la cálida humedad entre mis piernas. Era hora de que se arrodillara. Un pequeño pensamiento vicioso azotó mi mente. Pero, podía hacerlo? Miré hacia atrás, y la miré. Oh si, podía hacerlo.

Llegamos al piso quince y unas cuantas personas más salieron. Me separé ligeramente de élla, y volví a mirarla para asegurarme de que estaba atenta a mí. De sobra. Su mirada estaba posada en mi trasero. Perfecto. Tomé aire profundamente, y me levanté el dobladillo del vestido, dejando expuestas mis bragas negras. La escuché gemir y sonreí pícaramente, bajándome el vestido mientras las puertas del ascensor volvían a abrirse.
P

iso 16. Salió más gente, y una vez más, me levanté la falda. Miré de nuevo hacia atrás y vi sus ojos posados donde querían que estuvieran. Se estaba mordiendo el labio inferior, y definitivamente, se aguantaba la respiración. Un hombre corpulento enfrente de mí, dio un paso hacia atrás, mandándome directa hasta el cuerpo de Daniela otra vez. Mi trasero, prácticamente desnudo, hizo contacto directo con su miembro. Me cogió para que no me cayera, y me acercó más a élla con un gemido. Esto era tan divertido. Me estaba burlando de élla. Cómo lo quieres ahora, estupida? No es tan divertido jugar así, no?
"Dios, soy tan patosa, señorita Calle" dije mirándola. Tenía los ojos cerrados y la cara colorada. "Se encuentra bien, señorita? Parece que tiene fiebre" Abrió los ojos para mirarme, y de repente me pregunté si esto era buena idea. Me aclaré la garganta y miré a mi alrededor; solo había cinco personas en el ascensor con nosotras y faltaban dos pisos para llegar. La puerta se abrió de nuevo y las últimas personas salieron. Un piso más y podría salir huyendo de allí, dejándola con su empalme letal.

Tan pronto como las puertas se cerraron y el ascensor se comenzó a mover, escuché un gruñido detrás de mí y con un rápido movimiento, ella pulsó el botón de parada en el panel. Sus ojos se volvieron hacia mí, más profundos que nunca.

"Mal movimiento, Garzón ", susurró, y con un fluido movimiento, su cuerpo se pegó al mío, aplastándome contra la pared del ascensor, y chocando sus labios contra los míos.

Nuestras lenguas batallaron, y nuestros gemidos llenaron el silencioso espacio. Se separó de mí, mirándome. "No se mueva", y aunque quisiera mandarla a la mierda, mi cuerpo me pedía que hiciera todo lo que élla quisiese.

Alcanzó mi carpeta, cogió un post ti y lo colocó sobre la cámara de seguridad que había en el techo. Me recorrió un escalofrío por la anticipación, peleando contra mi constante necesidad de parar esto... esta cosa entre nosotras. Nunca antes había estado tan descolocada. No quería tener nada con élla. pero cada nervio de mi cuerpo gritaba para que me tocara. No había nada que negar en la manera que élla me hacía sentir.

Volvió a mí, y de nuevo sus labios tomaron posesión de los míos, y un involuntario gemido resonó en mi garganta cuando su dura entrepierna se presionó contra mi estómago. Mi cuerpo comenzó a actuar por instinto y enrosqué una pierna a su alrededor, presionándome contra su excitación. Mis manos se dirigieron a su Cabello. Después de un momento devorándonos la boca, se apartó y sus ágiles dedos me envolvieron la cintura, apartándome el vestido delante de élla.

"Mal, mal movimiento" dijo entre dientes. Puso las manos sobre mis hombros, mirándome a los ojos y deslizando el vestido hasta el suelo. Sus manos tomaron ahora las mías, dándome la vuelta, levantándolas y colocando mis palmas contra la pared.. Ahí estaba yo, con mi espalda contra élla, tan solo en ropa interior, y cuando se pegó a mí, sentí la traidora humedad en mis bragas. Levantó la mano y me quitó el prendedor de plata del pelo, dejándolo suelto.

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