Capitulo 40- No me arrepiento de nada

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PovPoche

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Pov
Poche

No me costó mucho encontrar una tienda y comprar todo lo que necesitaba. En veinte minutos ya estaba de vuelta en el hotel. Me sobresalté con el sonido de móvil en mi bolso y lo cogí, pensando instantáneamente en Daniela necesitando mi ayuda. Miré la pantalla del teléfono y no me sorprendió mucho ver el nombre de German en vez del suyo. Tragué saliva y me preparé para hablar con él.

Poche!“ Su exuberante voz sonó a través del aparato y me debatí entre estar feliz por escucharlo o preocupada por que pudiera ver a través de mí.

 “hola, German“ contesté, intentando sonar alegre.

“He escuchado que mi hija no se siente nada bien hoy“ no pude evitar sonreír ante el tono paternal de su voz.

“Sí, pero no te preocupes, me estoy ocupando de élla. Daniela está durmiendo ahora, y he salido a comprarle unas cosas que Mafe me ha sugerido.“ las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera registrarlo.

poche? Acabas de llamarla Daniela?“ *******. Me quedé en silencio un momento,

pensando de mi misma que era una mentirosa terrible.

Si, a si es.“

“Estoy tan orgullo de las dos, Poche. Sabía que obligarlas a pasar un tiempo juntas sería beneficioso. No te lo advertí? Si dejaran de pelearse durante cinco minutos, verían lo afines que en realidad son. “ Dios. Podía ponerse esto peor?

“Tú lo has dicho, German. Y tenías razón. Nos lo hemos pasado genial esta semana.“

Respondí, esperando que mi voz no me traicionara.

“Bien. Esperemos que continúe así. Cuídala y dile que la llamaré pronto.“

Lo aré “ dije tranquilamente.

“Adios, Poche.“ Colgué el teléfono, sintiéndome peor de lo que pensaba. Una mentira más.

Haciendo mi mejor esfuerzo para alegrar la expresión de mi cara, entré en la suite, contenta de escuchar la televisión en el dormitorio.

“Hola,“ dije, incapaz de esconder mi sonrisa cuando la vi sentada en la cama.

“Hey.“ respondió. No pude resistir inclinarme sobre la cama y darle un beso en el cabello, tan loco como me gusta, antes de dejar la bolsa y quitarme la chaqueta. Olía increíblemente bien, y el olor a su jabón y champú llenaba la habitación.

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