Daniela
No podía creer lo que estaba escuchando. Dejé el cuchillo sobre la tabla de cortar y caminé hasta ella. Acaricié un mechón de su pelo antes de que mis dedos se hundieran en su melena y la acerqué a mí.Se aferró a mi en cuanto nuestras bocas se tocaron. Mi lengua se deslizó entre sus labios abiertos, y gemí cuando la ola de lujuria comenzó en mi estómago, bajando directa a mi miembro. La presioné contra la encimera y agarré su pelo con fuerza, recompensado con un gemido gutural.
“Poche, quiero que esto vaya despacio .“ murmuré contra sus labios.
“Tarde“ Sus palabras sin aliento encendieron la lujuria que estaba intentado reprimir, y me endurecí aún más. Sin poder alargar el momento, mis dedos se deslizaron por su cuerpo y jugueteé con el dobladillo de su vestido, moviéndolo despacio por su muslo. Mis labios dejaron los suyos y cerré los ojos mientras sentía sus manos sobre mi cuerpo, retorciendo sus dedos en la cintura de mis vaqueros.
“Me gusta el vestido.“ dije contra su cuello. Mis manos recorrieron su cuerpo, acariciando su estómago por encima de la tela. Apoyé la cabeza en su hombro, mientras me encontraba con algo de seda.
“Oh, joder, Amor. Qué es esto?“ Mis manos hicieron círculos sobre sus costillas, y gemí al sentir la suave tela entre mis dedos. Su suave risa llenó mis oídos y di gracias a dios por su gusto en lencería.
Giró la cabeza levemente, pasando sus labios por mi cuello. “Me gustan los vaqueros, te vez muy woa Dani, se te nota mucho y me encanta que me digas amor .“ susurró, haciendo que se me pusiera la piel de gallina con su cálido aliento. Agarró con fuerza la cintura de mis pantalones y sentí como el reverso de sus dedos acariciaban mi estómago. Mis músculos se tensaron.
Mi boca encontró la suya en otro beso frenético y con un rápido movimiento, le subí el vestido y se lo quité, tirándolo al suelo. Mis ojos se movieron por sus curvas, apenas cubierto por la ropa interior. Su mano agarró el final de mi camisa y la quitó, tirándola al suelo. Agarré su cara y apreté mi boca contra la suya, deslizando nuestras lenguas. Me apreté a ella, con mi dolorida entrepierna presionando contra los vaqueros. Deslicé mis dedos por su cuello y hombros, y dejé que mis manos viajaran por su suave piel, parándome en la delicada tela.
“Te necesito, Daniela “ suspiró en mi boca. Con un frenético movimiento le quité el sujetador, gimiendo al sentir sus pechos desnudos contra el mío. Sus dedos comenzaron a desabrochar los botones de mi pantalones, haciendo que mi miembro vibrara cada vez que la rozaba. Sentí como el pantalón comenzaba a descender por mis caderas y mi entrepierna rozó su estómago. Con mis manos en su cadera, le di la vuelta, acariciándola y poniendo sus manos sobre el frío granito. Presioné mi miembro contra ella mientras apartaba el pelo de su hombro, depositando besos por su espalda.
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La Oficina
General FictionPoche es una secretaria que trabaja para la gran empresaria Daniela Calle. Su aventura empezó solo con sexo y se convirtió en un gran amor. Daniela Calle es intersexual.