62-Daniela e Irina

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Pov Daniela
Dos sonidos me despertaron de mi breve escape de sueño: el teléfono vibró en la almohada a mi lado y un golpe insistente se filtró desde la sala de estar. Mis ojos se agitaron mientras trataba de luchar contra la consciencia, sin querer romper la superficie de vuelta a la realidad. Parpadee encendiendo la luz y mirando la hora, preguntándome quien podría estar en mi puerta tan tarde. Mi corazón saltó cuando me di cuenta de que podría ser Poche. Tan pronto como me pude mover, salté de la cama, agarrando un suéter  mientras corría fuera de la habitación. Mi cuerpo vibraba con la anticipación de tenerla en mis brazos otra vez. No estaba preparada para lo que me encontré al otro lado de la puerta.
-“¿Irina?”-Me quedé sin aliento, sin poder ocultar la conmoción que sentí al verla aquí.
-“Daniela”- Suspiro ella, dejando caer el teléfono de su oreja, cuando el alivio se hizo paso sobre ella.-“Estaba muy preocupada por ti”.
Ella dio un paso adelante, envolviendo con sus brazos mi cuerpo congelado. Parpadee varias veces mientras ella me abrazaba, sorprendida por la forma familiar en la que ella encajaba contra mí y por la forma en que ella estaba. Lentamente pasé mis brazos alrededor de su cintura.
-“No puedo creer que estés aquí”- le dije en su pelo, mientras su familiar olor se
apoderaba de mi, el año transcurrido desde que nos habíamos visto pareció esfumarse.
Cerré los ojos con fuerza. El día había sido muy estresante y estaba abrumada por el hecho de que ella estuviese en mi puerta.” Que…no entiendo” Di un paso atrás y tomé su cara entre mis manos, buscando su rostro. Era aún más hermosa de lo que recordaba.
-“Lo se”-respondió ella, sacudiendo la cabeza ligeramente y enjuagándose las lagrimas de su cara.
-“¿Estás bien?” suspiré, cayendo fácilmente en las redes del francés que había hablado exclusivamente durante seis años.
Ella sonrió alegremente, toda su cara se encendió. “Dani, solo quería decirte que….¡Me voy a casar!” Encontré a mi alma gemela Dani y me voy a casar.
-¿Qué tu qué?-respondí incapaz de contener mi sonrisa. Le cogí su mano izquierda, encantado de ver el hermoso anillo que llevaba en su dedo. Lo llevé a mi boca y lo besé suavemente. “Dios estoy tan feliz por ti, Irina
Ella se inclinó y me susurró: “Estoy bien ahora, Dani. Está bien, ahora estoy plena y con una gran mujer que me ama muchísimo y yo a ella.” Su simple declaración alivió algo dentro de mi pecho, la culpa que había estado cargando todo este tiempo se evaporó con sus palabras. Envolví mis brazos alrededor de ella con fuerza.
-“Gracias”- suspiré, con mis brazos apretando a su alrededor, disfrutando de la silenciosa liberación, la liberación que tanto necesitaba.
Ella se apartó para encontrarse con mis ojos y su sonrisa se tambaleó, su frente arrugada por la preocupación.” ¿Dani? buscó en mi cara, seguramente encontrándose con mis ojos rojos y mi agotada apariencia.” Dani, ¿Que te ocurre? Preguntó con voz de pánico y expresión repentinamente alarmada
Miré hacia abajo brevemente, tragué saliva, dispuesta a negar que mi mente empezó a trabajar en cientos de excusas que explicasen mi estado actual. Pero cuando la miré de nuevo, supe que no tenía sentido mentirle a ella. Irina había sido la única mujer que había querido, la única mujer aparte de Poche de la que había estado emocionalmente cerca. Tenía que ser honesta, a partir de ahora.
-“¿Por qué no entras?” le dije, dando un paso atrás y acercándome a mi puerta.
Ella asintió y siguió dentro. Vi como se sentó en el sofá, mirando vacilante mi
apartamento, fijándose en todo y seguramente viendo cosas que ella recordaba.
Me senté junto a ella y me pasé la mano por el pelo, tratando de decidir por donde empezar.

-“Dani, no hace falta que me lo cuentes todo. Yo solo quiero asegurarme de que estás bien” dijo en voz baja, inclinándose hacia delante y colocando su mano sobre mi rodilla.

Sonreí, agarrando su mano con la mía. A pesar de todo lo que había ocurrido entre nosotras, que ella me ofreciese su amistad significaba más para mí de lo que jamás podría expresar.

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