Miré a mi alrededor para asegurarme que los demás seguían interesados en el pase de diapositivas. Me incliné para acercarme y susurré. “Bueno, eso quiere decir que me gustaría tener otra oportunidad para demostrar cuanto lo siento.“ Podía aparentar frialdad, pero la conocía lo suficiente para ver a través de ella.“Señorita Calle, estoy muy segura de que sus días para demostrarme nada se han terminado.“
“Yo no estaría tan seguro, señorita Garzon.“ dije antes de volver a apoyar la espalda sobre el respaldo. Qué demonios estaba haciendo? Me había vuelto loca? Esta mujer no era la más indicada para eso, hasta yo lo sabía.
Como diría la ley de Murphy, la reunión duró más de lo esperado y mi padre, mi hermana y yo tuvimos que irnos inmediatamente para la comida que teníamos a continuación. Asentía y hablaba cuando era necesario, pero realmente no tenía la cabeza allí. Estaba más interesado en escapar de esa reunión y poder volver a la oficina, para demostrarle a qué tipo de juego estaba jugando.
Cuando volvimos, la señorita Garzón estaba hablando por teléfono, en un tono casi audible.
“Bueno, tengo que dejarte, papá. Tengo que ocuparme de unos asuntos. Te diré lo más pronto posible cuándo podré ir a visitarte. Necesitas dormir, vale?“ dijo suavemente.
Después de una breve pausa, se rió, pero entonces no dijo nada durante un largo rato. Ni yo ni las dos personas que tenía a mi lado se atrevieron a decir nada. “Yo también te amo, papá.“
Se me encogió el estómago en cuanto escuché el adorable tono de su voz cuando dijo esas palabras. Giró la silla, y sus ojos se agrandaron cuando nos vio a los tres detrás de ella, y comenzó a ordenar los papeles de su mesa. Me miró antes de dedicarle una mirada más amable a mi familia.
“Cómo ha ido la reunión, German? Juliana? dijo dulcemente, como si yo no estuviera en la sala. Puse los ojos en blanco ante su comportamiento infantil.
“Bien, Poche.“ contestó mi padre, sonriéndole cálidamente. “Ha ido como la seda, como siempre. Tú y Lucia han hecho un gran trabajo ocupadose de todo. No se que harían mis hijas sin ustedes.“ Ella arqueó la ceja mientras se aclaraba la garganta para hablar.
“Señor, hay algo de lo que necesitaba hablar contigo y con tu hija: Necesito unos días para ir a casa durante un tiempo.“ Me sorprendió el pánico que sentí durante un momento en cuanto lo dijo. Nunca había pedido vacaciones, y rara vez llamaba para decir que estaba enferma, así que me cogió desprevenida.
“Cuándo?“ pregunté, tratando de parecer despreocupada.
Mi padre se acercó a ella antes de que pudiera hablar, y puso su mano en su hombro.
“Creo que es una excelente idea. Hace tiempo que no vas a casa; será bueno para ti.“
“Pero“ intenté interrumpir pero mi padre sacudió la cabeza.
“Puedes arreglárte las con la ayuda de una sustituta, Daniela.“ dijo mi padre severamente.
Sentí como se me apretaban los dientes. Sentí un vacío y no sabía por qué.
“Podemos discutir eso más tarde. Ahora mismo, los tres tienen que atender una conferencia telefónica en el despacho del señorita.“ dijo sonriéndoles a ellos, evitando mirarme a los ojos.
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La Oficina
General FictionPoche es una secretaria que trabaja para la gran empresaria Daniela Calle. Su aventura empezó solo con sexo y se convirtió en un gran amor. Daniela Calle es intersexual.