Capitulo 50- Una Familia

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Pov
Poche

Mi cuerpo se detuvo momentáneamente cuando sus palabras alcanzaron mis oídos.
“Te amo tanto.“

Lo repitió una y otra vez, puntualizando cada palabra entre besos en mi espalda. Presioné mi frente sobre la cama y cerré mis ojos con fuerza mientras la inmensidad de sus palabras me golpeaba.

“No lo sabía,“ susurró de nuevo. “No sabía que pudiera amarte tanto.“
Oh, dios, dani amor
Estaba completamente abrumada. Un escalofrío visible recorrió mi cuerpo, mientras el suyo seguía embistiendo, acariciando mi piel con sus labios. Sentí como sus movimientos se volvían más frenéticos, y mi cuerpo se tensó. Agarré su mano con fuerza y retorcí los dedos, clavándolos en las sábanas mientras una oleada de placer como nunca había sentido, me invadía. Me corrí como nunca lo había hecho, ella seguía clavándose en mi de una manera dios.
Dije su nombre seguidamente, presionando mi cara contra las sábanas y me presionaba contra élla. Con una última embestida y un sonoro gruñido, su cuerpo se tenso y se corrió en mi interior. Susurró mi nombre y con un exhausto jadeo, se colapso contra mi espalda.
Nos quedamos tumbadas en silencio mientras nuestra respiración se calmaba y nuestros corazones acelerados, volvían a la normalidad. Me giré ligeramente, despacio, y élla apartó un mechón de pelo de mi frente, elevando mi barbilla para que la mirara. Su expresión había cambiado; antes me miraba hambrienta y ahora me miraba con la misma devoción que había en su voz.

“Esa no era la manera en que quería decírtelo,“ dijo despacio, con un ápice de disculpa en su voz. Nos aguantamos la mirada y asentí, incapaz de pronunciar palabra alguna.
“Dilo otra vez. Por favor.”
Sus ojos buscaron los míos mientras continuaba enredando sus dedos en mi pelo. Cerró los ojos con fuerza.
“Yo te amo, Mi Poche .“

Mi barbilla tembló ligeramente y miré hacia otro lado. Necesitaba asimilarlo. Me amaba. De repente, no me importa porqué lo decía o si todo se terminaba mañana. Esta noche, ahora mismo, ella la mujer de mis sueños me amaba.

Volví a mirarla a los ojos y pude ver la preocupación que había causado en élla. Una sonrisa se dibujó en mis labios mientras acariciaba su mejilla con mi mano. Se inclinó ante mi caricia y mi respiración se entrecortó al ver lo vulnerable que parecía. Mi cuerpo vibraba por todo el amor que sentía por élla, Necesitaba que supiera que estaba con élla.

“Yo también te amo, Daniela Calle. Muchísimo.“ Mi voz temblaba cuando finalmente lo solté.

“Muchísimo.“ Parpadeé y las lágrimas que no sabía que estaban ahí, comenzaron a salír de mis ojos.

Sonrió y me rodeó con sus brazos. “Te amo.“ susurró, secando las lágrimas de mis mejillas. “Dilo otra vez, Maria Jose. Dime que me amas.“

“Te amo.“ dije simplemente, más feliz de lo que pensaba que sería al decir estas pequeñas palabras. Levantó su cabeza de la almohada, apartando mi pelo y besándome en los labios.

“Creo que voy a necesitar escuchar eso cada cinco minutos.“ susurró contra mis labios, colocando mi cuerpo sobre él de ella, Presionó mi boca contra la suya, y gemí cuando su lengua atravesó mis labios abiertos y su mano se enroscaba en mi pelo, facilitando el beso. Me tumbé sobre su pecho y cerré los ojos, suspirando. Sus brazos me abrazaron con fuerza y sentí como besaba mi cabeza.

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