Capitulo 38-Picina

1.9K 77 0
                                    

PovPoche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pov
Poche

Comencé a nadar en el borde de la piscina, deslizando mi cuerpo a través de las profundidades del agua débilmente iluminada. Nadé duramente, empujando mi cuerpo tanto como pude, esperando que el dolor de mis agotados músculos fuera suficiente para distraerme del dolor constante que sentía en mi pecho. Necesitaba sentir esto. Necesitaba sobre esfuerzo físico para poder dormir toda la noche. Necesitaba saber que volvería a mi habitación demasiado cansada como para pensar que estaba sola, que tendría que abrir mi corazón y finalmente reconocer mis sentimientos hacia élla.

Repetí el proceso hacia el otro lado, buceé profundamente, esperando ahogar el dolor que me había causado su rechazo. Todo había sido tan perfecto, y yo todavía luchaba para aceptar que, esencialmente, se había alejado. No sabía lo que había pasado.

Éramos felices un minuto, y al siguiente… élla se había ido.

Cuando terminamos el seminario, los ojos que me miraban ya no eran los delicados y amables ojos de esta semana. Era fría y distante mientras me decía que tenía planes para esa noche. Hice lo mejor que pude para esconder mi sorpresa y dolor, pero por dentro estaba agobiada. Qué había cambiado? Qué había hecho yo? Esto dolía. Ser una chica insegura no era el tipo de mujer que presumía ser. En cuanto se fue, supe que esto se había terminado.
Había puesto varias canciones que hacían mas agudo mi dolor.

Subiendo a la superficie, nadé de espaldas y dejé que el agua templada soportara mi peso. Floté a lo largo de la piscina para relajar mi mente mientras observaba las estrellas en la profundidad del cielo oscuro. Era tan perfecto, y deseé una vez más ser capaz de compartir este momento con élla.

Por primera vez desde esa mañana, pensé en lo que había pasado y como me había sentido al despertarme entre sus brazos. A los pocos segundos de despertarme, volví a sentir esa sensación de pánico no deseada revolviéndose dentro de mí, y salí de la cama, necesitando un poco de espacio antes de enfrenarme a élla. Mientras me ponía mi bata y salía al balcón, me regañé a mi misma una vez más por no ser lo suficientemente valiente para hablar con élla. Es que tenía miedo de que no me gustara lo que élla tenía que decir?

Quizás era yo. Quizás tenía miedo de observar la realidad de mis sentimientos. Sabía que una vez que abriera la puerta y los dejara escapar, no habría vuelta atrás.

Me sorprendí al sentir sus brazos rodearme, pero no de cómo me sentía; todo élla me hacía sentir bien, y solo hacía que la realidad de nuestra situación fuera mucho más dura de aceptar. Durante todo este tiempo, supe que estaba completamente disponible para mí, y en el momento en que sentí que no lo estaba, se convirtió en un problema. Nunca quise más de élla Pero ahora, sí.

La Oficina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora