Pov
Poche
Unas horas después y una pinta de chocolate con doble de caramelo, me senté con la cabeza apoyada en el regazo de Abisambra mientras ella acariciaba mi pelo. El llanto había parado.
Intenté contárselo todo a Abi por teléfono, pero después de …
“Vale, poch.“ comenzó a decir suavemente, mientras mis ojos casi se cerraban por las caricias tranquilizantes que me calmaban. “Estoy confusa. En la última conversación que tuvimos dijiste que solo era sexo, nada más. Qué demonios ha pasado?“
“Yo solo… la amo, Abi.“ susurré, sacudiendo la cabeza. Mi corazón latía con rapidez mientras me daba cuenta de que era la primera vez que lo decía en voz alta.
“La amas?“ preguntó con tono incrédulo. “Desde cuando?“
“No lo se. Seattle? Quizás desde antes.“ Giré la cabeza para mirar por la ventana, observando cómo los árboles se mecían por la brisa.
“Poche, estoy confusa. Pensé que la odiabas.“
“No lo se. Todo es diferente. Élla es diferente. Es como la mujer que pensé que no existía.“ Es tierna, compresiva, cariñosa, amable, su sonrisa es perfecta, se preocupa por mi y dios en la cama es una Maldita diosa.
Tomando aire profundamente, se lo conté todo. Le expliqué lo de la primera noche en Seattle, la manera en que peleamos y las cosas que nos confesamos. Le conté lo de nuestra semana juntas, la noche en la piscina, el día que se puso enferma y lo mucho que me dolió dejarla en el aeropuerto. Finalmente, le conté que había estado con élla la pasada noche, y la manera en que me hacía sentir, lo cerca que había estado de decirle que la amaba y lo que había pasado esta mañana. Decir que Abisambra estaba en shock, era quedarme corta.
“Poche, entiendo que estés disgustada, cariño. Pero estás enamorada.“ dijo sonriendo. “Y no es algo malo. Quizás la situación no es perfecta, pero cuando lo es? Cuando yo conocí a Nela, viajaba todo el tiempo, y aunque pensara que no había tiempo para tener una relación, sabía que no podía vivir sin élla. Las dos sabíamos que estábamos hechas la una para la otra y encontramos una manera para que la cosa funcionara.“ Sabes que tuvimos problemas por su ex, pensé abandonar el barco pero encontramos la manera; ya no viaja tanto y pronto seremos esposas. Y obviamente poch no tiene Un miembro como tú Daniela pero, tiene unos largos dedos que me vuelven loca, tu entiendes.
Poche: Eres una estúpida Abi no quiero explicaciones...“Abi,“ comencé, sentándome para mirarla a la cara. “No es tan fácil. Esto no se trata de una agenda ocupada, o que no quiera estar con élla o una ex. Siento que todo está en nuestra contra. Yo trabajo para élla. Eso sin contar con ella hecho de que, técnicamente, podrían despedirnos a las dos. He estado mintiendo a gente que quiero. Gente que respeto, que me han acogido en su familia.“ Sacudí la cabeza disgustada, mientras recordaba lo de esta mañana. “Soy una mujer madura y esta mañana me he escondido en su habitación mientras élla le mentía a su hermana por mí. Sabía que necesitaba decirlo, pero ha sido jodidamente doloroso escucharlo.“ Mi voz se fue apagando mientras apartaba la mirada, incapaz de aguantar la pena en los ojos Abisambra.
“Pero poch, qué pasa si élla te ama? Solo lo hizo porque tú se lo pediste.“
“Digamos, por el placer de discutir, que Daniela me quiere; qué cambia? Me he follado a mi jefa, Abi. No quiero ser “esa“. Sabes, el año que comencé en la empresa, hubo alguien que tuvo un affaire con uno de los jefes. Los dos fueron reprendidos y se cerró el caso, pero para ella nunca se terminó. Han pasado años, pero cada vez que alguien la nombra, siempre se refieren a ella como “la que se tiró a su jefa.“
“Vale, entonces busquemos una solución. Y si dejas la empresa antes de que las descubran? Trabajar en otro lado?“
“No“ protesté de inmediato.
“Y por qué no?“ preguntó con una expresión apabullada en su rostro. Me puse de pie y caminé hacia mi vestidor para arreglar los tulipanes rosas que había en unos jarrones.
“Porque…“ respondí, sabiendo lo infantil que iba a sonar.
“Me temo que voy a necesitar algo más convincente que un simple 'porque' Poche.“
“Bien,“ comencé a decir. “Primero, porque realmente me encanta mi trabajo. Soy buena en lo que hago y lo se. Trabajo muy duro para ganarme la confianza que tienen en mí.“
“Vale.. Poche, parece que me estás haciendo un resumen de tu trabajo. No será que no quieres sacrificarte para estar con ella, la mujer que quieres?“
“Y…supongo que me preocupa que eso lo cambie todo. Que sin eso, nosotras
cambiemos. Desaparecerá o será diferente. Y estoy aterrada de que pasará cuando no la pueda ver todos los días.“
“De verdad te crees eso?“
“No lo se,“ comencé a decir, intentando aclarar mis pensamientos.“ Abi? Sabes si ha tenido novia alguna vez?“
“No, no la conozco tan bien como tu. Por qué?“
“Cuando estaba en Seattle, salí a cenar con un par de chicas con las que me suelo ver en este tipo de eventos, y les pregunté.“ miré por encima de hombro para ver como ella me observaba.
“Y?“
“Dijeron que hubo alguien. Se llama Irina y aparentemente estuvieron juntas mucho tiempo. Todos pensaban que se casarían y de repente un día, se había terminado, y élla volvió a Chicago. Nadie sabe porqué.“
“Y qué? La gente rompe todo el tiempo, Poche. Todos tienen relaciones pasadas. Por qué te molesta eso?“
“Es por la manera en que comenzamos; no tuvimos la charla sobre nuestros pasados. Y aquí estamos, con todos estos sentimientos y no se si pensamos igual. Ni siquiera le he oído hablar de su ex-novia. La escuché por radio macuto*. Cómo podemos ir en serio si ni siquiera hemos hablado todavía? Y no puedo explicarlo, pero por alguna razón, tengo la sensación de que es algo importante.“
“Bueno,“ comenzó a decir Abi, levantándose de la cama. “Se lo preguntaremos a Valentina mañana, a la hora de comer.“
Me giré rápidamente para mirarla, observando cómo sus ojos se ensanchaban mientras veía mi expresión.
“Poche? Qué pasa?“
“Oh Dios, Abi. Me había olvidado de Valentina. No la he visto desde… bueno, desde la última vez.“ Me tumbé en la cama y puse mi cabeza en mis manos, recordando la expresión de la cara de Vale cuando abrimos la puerta del baño
“Cálmate, Poche. Jesus… Mira, obviamente no le ha dicho nada a Juliana, ya que élla se dio por vencida esta mañana. Quizás está del lado de ustedes.“ Solté un gemido en mis manos como respuesta. “Bueno, has dicho que élla le creía a DANIELA, verdad?“
“Supongo.“ Respondí sin mucho entusiasmo.
“Pues ya está. Si su mujer le hubiera dicho que los había pillado in fraganti, no creo que hubiera escuchado a Daniela “
“No nos pilló in frangati, Abi.“
“Ya sabes lo que quiero decir.“ Cogió mis manos entre las suyas y se sentó a mi lado en la cama, con una expresión de determinación en su cara. “Voy a decir mi última palabra y daré esto por terminado. Se que estás asustada, Poche, y lo entiendo. Pero, qué mas da? Qué pasa si élla te quiere? Se que va a ser duro, pero también será genial.“ Escuché sus palabras y comencé a sentir la familiar aunque distante chispa de esperanza que revoloteaba en mi pecho. “Necesitas preguntarte a ti misma si ella vale la pena para agarrar esta oportunidad. Crees que vale la pena?“Más tarde, esa noche, con las palabras de Abi todavía frescas en mi mente, salí del ascensor y despacio caminé hacia la entrada del apartamento de Daniela. Sabía, en lo profundo de mi corazón, que Qbi tenía razón, pero no era tan fácil. Estaba preparada para decírselo? Esto todavía era demasiado nuevo y quería ser capaz de disfrutar un poco más antes de que el resto del mundo opinara. Mientras continuaba caminando por el hall, sentí como mi cuerpo se relajaba con cada paso que daba hacia su apartamento. Era como si mi cuerpo supiera mejor que mi mente, que era lo que necesitaba.
Unos segundos después de llamar a la puerta, se abrió, y yo ya estaba entre sus brazos.
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La Oficina
Ficción GeneralPoche es una secretaria que trabaja para la gran empresaria Daniela Calle. Su aventura empezó solo con sexo y se convirtió en un gran amor. Daniela Calle es intersexual.