Familia Calle Soto

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En cuanto llegué a casa de mis padres esa noche, inmediatamente sentí como desaparecía algo de mi tensión. Entré en la cocina, el olor de la comida que mi madre estaba cocinando me abordó, y escuché la conversación alegre y las risas de mis padres desde la sala de estar.

“Daniela“, canturreó mi madre mientras entraba en el salón. Me incliné y le di un beso en la mejilla, dejando que intentara arreglar mi alborotado Cabello. “Este Cabello tuyo“, dijo cariñosamente. “Sigue tan rebelde como cuando eras pequeña“

“Lo se, mama“ dije, sonriéndole; siempre teníamos la misma conversación. “Sigo intentando domarlo“. Agarré la fuente que llevaba en sus manos, y la puse en la mesa, atrapando una zanahoria antes de sentarme, y me reí cuando me pilló. “Dónde está mi chica?“ pregunté echando una ojeada al salón.

Todavía no han llegado“, respondió mi padre mientras entraba. “Ya conoces a tu hermana, siempre llega tarde“ Por supuesto que lo sabía.

“Bueno, más les vale apurarse“ añadí, cogiendo otra zanahoria y esquivando la mano de mi madre, a punto de golpear la mía. “Nunca puedo pasar suficiente tiempo con ella, y me muero de ganas“

Oh Daniela, te portas tan bien con ella“ comenzó a decir mi madre, y ya lo estaba viendo venir… “Y ya se que no quieres escucharlo, pero si sentaras la cabeza, podrías tener los tuyos propios, correteando a tu alrededor“ La fulminé con la mirada, deteniendo toda su retahíla de pensamientos que estaba teniendo, mientras siguió poniendo la mesa.

Veinte minutos más tarde, el caos invadió el vestíbulo, y corrí para encontrarme con ellas.

Inmediatamente, mis rodillas estaban siendo golpeadas por un pequeño e inestable cuerpecito, con dos pequeños dientes asomando. “Tia Dani!“

“Osito!“ le respondí, cogiendo en brazos a la niña, llenado sus mejillas con besos.

“Dios, das asco“ me dijo Juliana mientras pasaba por mi lado.

No deberías hablar así, Mami le dijo, dándole un pequeño golpe en el brazo.
“Las dos deberían callarse, si quieren mi opinión“, añadió Vale, encogiéndose de hombros mientras seguía a su esposa hacia el salón. Valentina y Juliana se habían casado hace dos años, y Mia había nacido un año antes por método de ropa, si mi hermana no era como yo. Había sido la primera nieta y la princesa de la familia. Era la viva imagen de su madre, con el pelo rubio platino y las facciones delicadas. El único rasgo de los Calle eran sus ojos. Tenía los ojos del mismo marrón que yo había heredado de mi padre. Por todo lo demás, era totalmente una digna hija de Valentina Zurita.
Nos sentamos en la mesa y comenzamos a cenar. Como siempre, Mia prefirió sentarse en mi regazo antes que en su silla, y yo intenté comer con ella allí sentada, intentado esquivar su “ayuda“.
“Daniela, iba a preguntarte. Podrías invitar a Poche la próxima semana para cenar, y harás todo lo posible para convencerla?“ puse los ojos en blanco antes de mirar a mi madre, y recibir una patadita en la espinilla por parte de mi padre.

“Por qué insisten tanto en que venga a casa?“ me di cuenta de que el tono de mi voz era demasiado elevado, pero estaba cansado de tener esta conversación con mi familia.

“Daniela, sabes que aquí no tiene familia. Está sola, en una ciudad extraña, y-“Mamá“, la interrumpí. “Vive aquí desde la universidad. Ya no es una ciudad extraña para ella“

“Como estaba diciendo, “ respondió, insinuando una advertencia. “Vive sola, y es tan buena chica, y además quería presentarle a alguien“ Mi tenedor se detuvo en el aire a medida que esas palabras se me clavaban. Quería ligarla con alguien. Esto era muy raro.
S

entí que algo me apretaba el pecho, pero no estaba seguro de que era. Si tuviera que ponerle un nombre, lo llamaría… rabia?
Pero por qué tendría que darme rabia que mi madre quisiera emparejar a la señorita Garzón? Bueno, probablemente porque te las estás follando, tonta. Bueno, no tanto como eso, solo fueron… dos veces. “Te la estás follando“ significa que tienes intención de seguir haciéndolo. Oh, y por poca la violas en el ascensor, y pusiste tu cabeza entre sus piernas en tu despacho… Vaya, todo eso sonaba muy mal.
Aclaré mi garganta, intentando borrar el veneno en mi voz. “Claro, mamá. Hablaré con ella. Pero no te garantizo nada. No es tan encantadora como piensas, y no será tarea fácil convencerla“ me metí otro trozo en la boca.

“Dani“ mi hermana decidió meter baza, “Creo que todos aquí estarán de acuerdo cuando digo que con la única con la que no es encantadora, es contigo“ Eché un vistazo a la mesa, frunciendo el ceño al ver todas las cabezas asintiendo de acuerdo con la idiota de mi hermana. Volví a mirar a Juliana, ahora sonriendo con suficiencia. Genial, incluso aquí, ella me estaba “jodiendo“

El resto de la noche consistió en más charlas sobre cómo debía intentar ser más amable con la señorita Garzón, y sobre lo genial que ellos pensaban que era, y sobre lo mucho que a ella le iba a gustar el hijo de la mejor amiga de mi madre, Mario. Si… seguro.

También hablamos sobre las reuniones de esta semana. Había una muy importante la tarde del Jueves, y yo iba a acompañar a mi padre y a mi hermano. Sabía que ella lo tendría todo planeado y preparado. Lo único que podía esperar era que ella siempre estaba dos pasos por encima de cualquier cosa que necesitase. Un pensamiento que, por alguna razón, hizo que sintiera calidez en mi cuerpo.

Me marché con la promesa de que intentaría convencerla para que viniera a cenar, aunque, para ser honesto, ni siquiera sabía cuando iba a volver a verla. Tenía reuniones y citas por toda la ciudad durante los próximos días, e incluso aunque pudiera verla durante breves minutos mientras entrara en mi despacho, no tenía ninguna gana de hablar con ella después de nuestro pequeño incidente de hoy.

Jueves.

Observando el tráfico a medida que avanzaba por la avenida South Michigan, me preguntaba si mi día iba a mejorar. Odiaba estar en un jodido atasco. La oficina estaba a tan solo unas manzanas de aquí, y estaba considerando seriamente decirle al chofer que se llevara el coche, y seguir andando. Miré mi reloj, y vi que ya eran casi las 6, y solo habíamos avanzado tres manzanas en veinte minutos. Perfecto. Cerré mis ojos y eché la cabeza hacia atrás, repasando la reunión que acababa de finalizar.

Daniela Calle, Daniela Calle.

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