capitulo 61- La amo mamá

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Mi madre estaba sentada de espaldas a mí, moviendo sus dedos con gracia sobre las teclas, e incluso ahora, fui incapaz de detener la sonrisa que asomó por las esquinas de mi boca

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Mi madre estaba sentada de espaldas a mí, moviendo sus dedos con gracia sobre las teclas, e incluso ahora, fui incapaz de detener la sonrisa que asomó por las esquinas de mi boca. Siempre le había encantado tocar, incluso nos forzó a Juliana y a mí a tomar clases cuando éramos niñas. Éramos terribles al principio, pero después me encantó, hace tanto que no toco el piano y en ocasiones canto. En cambio Juliana Gimoteo y lloriqueohasta que se dio por vencida,  ella siempre tocaba mientras nosotras pintamos o jugábamos  debajo del piano. Todavía recordaba como observábamos sus pies presionando los pedales, la manera en que cada acorde vibraba encima de nuestras cabezas.

Se detuvo y se giró, indicándome en silencio que me sentara a su lado. Atravesé la habitación mientras ella volvía a tocar, tomando asiento a su lado, en el banco. Nos sentamos en silencio unos largos minutos, escuchando las notas perfectamente tocadas y su melodía. Su ejecución se desaceleró, derivando en algo tranquilo y suave, y sentí su suspiro a mi lado.

“Lo siento,“ dije mientras observaba sus dedos recorrer las teclas.

“Así no es como te he educado, Daniela “ murmuró, con voz calmada pero sonando decepcionada.

“Lo se.“

“Y eso está pasando desde hace cuánto tiempo?“

Puse mis manos sobre mis muslos, intentado calmar mi inquietud nerviosa.

“Meses, semanas… ni yo estoy segura.“

“Cuando Poche vino a cenar?“

Hice una mueca, y tragué saliva. “Sí.“

“Hmmm.“

Su reacción aparentemente indiferente me tomó por sorpresa, e incliné la cabeza para mirarla, con mi cara desfigurada por la frustración mientras intentaba descifrar su expresión. Su voz estaba tranquila y controlada.

“Eso explica algunas cosas, supongo. Pero no todo.“

“Lo se,“ comencé a decir, pasando mis dedos por el pelo, bruscamente. “He sido tan estupida con ella.“

“Para ser honesta, la primera vez que conocí a Poche, me enamoré. Me recordaba tanto a ti…“ dijo, con un tono de voz lejano. “Pero me di por vencida cuando las vi juntas. Era obvio que eran tóxicas la una para la otra. A pesar de mis intentos por suavizar las cosas, parecía que solo iba a peor. Nunca soñé con…“ su voz se fue apagando por un breve momento, y luego suspiró. “Como he dicho, supongo que ahora tiene sentido.“ Sacudió la cabeza ligeramente, pasando los dedos por las teclas negras. “Solo se lo que tu padre me ha contado.“ Hizo una pausa, casi deteniendo los dedos. “Pero quiero escucharlo de ti, Daniela Ayúdame a que lo entienda. Qué sientes por ella?“

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