Pov
Daniela“Me encantaría que nos quedáramos aquí sentadas y besarnos todo el día, pero si quieres comer conmigo antes de mi próxima reunión, tenemos que salir ahora de este coche.“ murmuré rápidamente. Se rió y besé su pelo, sonriendo por el familiar olor a naranjas. “Espera aquí.“ le ordené. Salí del coche y caminé hasta su puerta, para abrirla. Le ayudé a salir y una vez más, admire la manera en que ese maldito vestido se apretaba a su cuerpo y Lucia sus glúteos. Coloqué mi mano en su espalda de manera posesiva mientras caminamos hacia el restaurante.
Había reservado una pequeña y apartada mesa al fondo del comedor, y aparté su silla para que ella se sentara.
“Nunca había estado aquí,“ murmuró mientras leía el menú.
“A mi me encanta. Vengo aquí siempre que necesito escapar de la ciudad,“ añadí, sin necesidad de leer mi menú. “Tienen el mejor ossobuco que he tomado fuera de Italia.“
Sacudió su cabeza, sonriendo. “Nunca lo he probado.“
“Bien, puedes probar del mío.“ Le ayudé a elegir y continuamos nuestra conversación del coche.
“Vale,“ comenzó, mirándome de manera apreciativa mientras me quitaba la chaqueta del traje y la colgaba en el respaldo de mi silla. “Vacaciones familiares favoritas?“
Estiré el brazo y alcancé su mano en la mesa, entrelazando nuestros dedos. “Uhmm… Esa es difícil. Tuvimos la oportunidad de viajar un montón, pero creo que mis mejores recuerdos son de cuando pasamos el verano en nuestra casa de la playa; juegos en la arena, aprender a nadar en el mar. Ser simplemente una niña. Y tú?“
Suspiró. “Hace tiempo que no veo el océano. Apuesto a que eras adorable.“
“Bueno, puedes preguntarle a mi madre.“ Me reí, poniendo los ojos en blanco. “Estoy segura de que le encantará hablar de eso. Contesta a mi pregunta.“
“Solía ir a Chicago cada verano para estar con mi madre. Supongo que esa es la razón por la que me quedé después de que ella fallecería. Así siento que todavía la tengo cerca.“ Acaricié su mano.
“No tienes ni idea de lo agradecida que estoy de que lo hicieras.“ le contesté con suavidad.
Nuestra comida llegó y continuamos haciéndonos preguntas mientras comíamos.
“Primera vez?“
“Primera vez, qué?“ preguntó con las cejas arqueadas. Me incliné y coloqué los codos sobre la mesa, muriéndome de curiosidad.
“Primera, primera vez.“ contesté, enfatizando cada palabra.“En serio?“
“En serio.“
Se aclaró la garganta y tomó un gran sorbo de agua.
“Tenía 17 años y él 18. Salimos durante el último año de instituto.“ Yo ya estaba sintiendo como mi presión sanguínea se incrementaba, imaginándo me algún adolescente imbecil tocando a la guapísima chica que había visto en las fotos de mi casa. “Lo cierto es que ya lo conoces.“
“Perdona?“ pregunté, mirándola estupefacta.
“Si,“ respondió, enrollando su pasta con el tenedor. “Johan Vera, el chico que me encontré en Seattle.“
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La Oficina
General FictionPoche es una secretaria que trabaja para la gran empresaria Daniela Calle. Su aventura empezó solo con sexo y se convirtió en un gran amor. Daniela Calle es intersexual.