Capitulo 28- Seattle

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PovPocheTal y como esperaba, conducir hasta Seattle el lunes por la mañana, me dio tiempo para pensar

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Pov
Poche
Tal y como esperaba, conducir hasta Seattle el lunes por la mañana, me dio tiempo para pensar. Me sentía descansada después de la visita a mi padre, nos pasamos el rato juntos, hablando y recordando a mi madre, saliendo con Victoria (su nuevo amor) e incluso planeamos un viaje para que viniera a Chicago.

En cuando me dio un beso y nos despedimos, me sentí tan preparada como era posible, considerando mi situación. Estaba muy nerviosa por tener que ver al señorita Calle otra vez, pero había puesto todos mis esfuerzos en mentalizarme. Hice un montón de compras online y llevaba una maleta llena de nuevas bragas poderosas. Pensé largo y tendido en mis opciones, y estaba muy segura de que tenía un plan.

El primer paso era admitir porqué me había ido realmente. Ahora sabía que había ido con la esperanza de ocultar mis problemas. Me di cuenta muy pronto de que no estaba funcionando. Estar a 2000 millas de distancia no había calmado mis ansias de élla. Había estado soñando con élla todas las noches, despertándome cada mañana sola y frustrada. Me pasaba demasiado tiempo pensando en que estaría haciendo, preguntándome si estaba tan confusa como yo, e intentado recopilar toda la información que podía de Lucia, sobre cómo estaban marchando las cosas.

Tuvimos una conversación muy interesante el martes, cuando me llamó y me informó sobre el estado de mi sustitución. Me reí histéricamente cuando me contó lo de los despidos de los becarios, en especial lo de un tal león moría de risa de imaginarla. Por supuesto, ella estaba muy ocupada manteniendo a la gente alejada de ella. Era una Cabróna.

Yo estaba acostumbrada a sus cambios de humor y su actitud brusca; honestamente, ya no me afectaban. Sabía que era buena en mi trabajo y me enorgullecía mi habilidad para aguantarla. Profesionalmente, nuestra relación funcionaba como un reloj. Era la personal la que era como una pesadilla. Casi todo el mundo lo sabía; simplemente no conocían toda la extensión de la situación.

Pensaba con frecuencia en nuestro último día juntas. Algo en nuestra relación había cambiado, y no estaba segura de como sentirme al respecto. Le dije que nuestra relación física se había terminado, y sabía que tenía que intentar por todos los medios que así fuera. No sabía si podría hacerlo, pero por mi propia seguridad, al menos tendría que intentarlo.

Cuando era completamente honesta conmigo misma, me asustaba. Estaba aterrorizaba de que esa mujer, que era un completo error para mí, tuviera más control sobre mi cuerpo que yo misma. No importaba cuanto intentara convencerme de lo contrario.

Esperando en la zona de llegadas, me di a mi misma las últimas palabras de ánimo.

Podía hacer esto. Oh dios... esperaba que pudiera. Las mariposas en mi estómago revoloteaban una y otra vez, un poco preocupada por si me hacían vomitar.

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