Abrí los ojos, e instantáneamente tuve la sensación de que algo no iba bien. Pasé mi mano por las sábanas para asegurarme de que élla seguía ahí, pero solo encontré un hueco vacío a mi lado. La habitación estaba a oscuras y alcé la mano para coger mi móvil en la mesilla de noche y ver la hora. Las 2:43 am. Me senté y me froté los ojos, intentando enfocar la habitación en la que estaba. Me sorprendí al ver una fina hilera de luz que salía del cuarto de baño. Cálmate, Poche. Solo está en el baño.
Me tumbé sobre las almohadas, y me tapé hasta la barbilla con la sábana, intentando apartar de mí la incómoda sensación con la que me había despertado. Estaba abrumada por el inexplicable miedo de que élla se fuera en mitad de la noche. A pesar de todo lo que había pasado en la piscina, no podía evitar tener miedo de que élla volviera a apartarme de su vida, y no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar si lo hacía.
Volví a mirar la hora y protesté. En cuatro horas y ocho minutos teníamos que estar volando hacia casa. Mi casa. Una palabra que solía llenarme con sentimientos de comodidad y seguridad, ahora hacía que mi estómago se retorciera por el pánico y la ansiedad. Volver a casa significaba volver a una vida que podría perfectamente terminar con la conexión que habíamos compartida toda esta semana. Mi estómago dio un brinco al pensar en eso. Intenté pensar que todo esto había valido la pena, pero no cambiaba el hecho de que mañana, a esta hora, yo estaría en mi cama. Sola.
Continué allí tumbada, aferrada a su almohada mientras mis ojos comenzaban a pesar.
Quería esperar por élla. Sabía que había sido una tonta, pero necesitaba sentir su cuerpo caliente al lado del mío, y sus brazos a mi alrededor. Bostecé y sonreí al imaginármela mientras me abrazaba, susurrando, diciendo que todo esto era real y nada cambiaría por la mañana. Antes de darme cuenta, mis ojos se cerraron y me volví a quedar dormida.
Un poco después, me desperté de nuevo, y de nuevo estaba sola. Me giré un poco y miré la hora. 3:14. Qué? Buscando en la oscuridad, me puse lo primero que encontré y caminé hacia el baño.
“Daniela?“ No tuve respuesta, llamé suavemente. “Daniela?“ . Un gruñido sonó al otro lado de la puerta.
“Vete.“ Su voz era ronca y hacía eco en las paredes del baño.
“Daniela, Estas bien ?“
“No me siento bien. Vuelve a la cama, estaré bien.“
“Puedo traerte algo?“ pregunté.
“Estoy bien, por favor, vuelve a la cama.“
“pero-“
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La Oficina
General FictionPoche es una secretaria que trabaja para la gran empresaria Daniela Calle. Su aventura empezó solo con sexo y se convirtió en un gran amor. Daniela Calle es intersexual.