Capítulo 31: Pilladote.

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aitana romero

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aitana romero

Esta mañana, no se me había pasado contarle a las chicas el ramo de flores que me había regalado Gavi el día anterior, y tampoco el simple hecho de que habíamos ido juntos a ver las luces. Ellas, por supuesto, se alegraron como las que más y me repitieron mil y una veces que habían tenido razón desde el principio. Aunque realmente no había pasado nada tan fuera de lo común como para que se emocionaran tanto, parecía que me había pedido matrimonio.

—¿Qué tal el entrenamiento? —dije saliendo de la cocina con un par de refrescos para todos.

—Estoy hasta el culo —dijo Ansu echando la cabeza hacia detrás, dramático.

—Lo que Ansu quiere decir, es que Xavi no nos deja respirar —rió Pedri.

—¿Y eso? —pregunté frunciendo el ceño.

—A veces me pregunto si vives aquí o en una dimensión paralela a nosotros —dijo Ansu.

—Tú cállate, que estás bonito para hablar —me burlé.

—Eh, Gavira controla a tu chica —dijo este.

Miré a Gavi y se me erizó la piel al escuchar como me llamaban "su chica". Traté de reprimir la sonrisa que inevitablemente apareció en mi cara, pero no podía.

—Contrólate tú, que al final te la llevas —se burló entonces el sevillano.

—¡Toma! —reí señalando a Ansu.

—Eso no es justo, yo era el favorito antes de que llegarás tú —se excusó este.

Yo me alcé de hombros sonrientes y Balde habló.

—Mentiroso —se burló también. Este se ganó una mala mirada por parte de Ansu.

—Bueno, ¿qué es lo que ibais a decir? —cambió Martina.

—Otra más que no se entera.

—Ansu, que te calles —le contestó Sira riéndose.

—Que no queda mucho para la vuelta contra el Manchester —habló entonces Pedri.

—Ah, es verdad, me lo ha dicho Alejandro —comenté sin darle mucha importancia.

—¿Alejandro? —frunció el ceño Ferran.

—Garnacho —añadí para que me entendieran.

Todos hicieron una mueca y se miraron entre ellos, menos mis amigas, que ya lo sabían y les daba igual.

—¿Desde cuándo hablas tú con Garnacho? —preguntó Balde con el ceño fruncido.

—No sé, nos llevamos bien —dije para dar por terminado el tema.

Gavi se levantó del sofá y se dirigió a la puerta de la terraza, se asomó un poco para ver el cielo y luego miró el reloj.

—¿Os parece si os vais yendo? —sonrió Gavi irónicamente.

𝐕𝐄𝐍𝐄𝐍𝐎; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora