aitana romero
No me podía creer que fuera a ir a un concierto de Rauw con Gavi, era, literalmente, un sueño. Sabía que no le hacía mucha gracia, pero aún así él sabía que era lo que más quería en el mundo y quiso dármelo.
Por otro lado, el collar era precioso y no pensaba quitármelo jamás, al igual que aquella pulsera que me había regalado hace unas semanas. Siempre lo llevaría conmigo.
Después de abrir los regalos, nos despedimos de la familia Paéz y nos fuimos a nuestra habitación. Me di una ducha rápida mientras Gavi se ponía directamente el pijama. A mi por las noches me daba calor, así que me quedé con la parte baja en ropa interior y una camisa de mi novio que era de lo más cómoda para dormir.
—¿Por qué un collar de estrellas? —pregunté curiosa.
Me miró atento y solo tardó unos segundos en contestarme, bastante seguro de lo que decía.
—Porque cada vez que vamos a los búnkers, la estrellas son la única compañía que tenemos aparte de tu alma y la mía —contestó.
Reprimí un puchero que me había salido del interior y sonreí con su respuesta. Gavi como novio, era lo mejor del mundo.
—Mis amigos quieren conocerte —rió.
—¿Sí?
—Sí, me han dicho de ir mañana por la noche a un bar de copas para que te pongan cara por fin. ¿Te apetece? —preguntó.
—Claro —contesté sin demasiada importancia.
Me llegó entonces un mensaje de Garnacho. Entré al chat y vi cómo me preguntaba si estaba en Barcelona.
—Dile que no, que estás con tu novio en Sevilla —dijo Gavi a mi lado, quien se había dado cuenta del mensaje porque estábamos viendo cosas en mi móvil.
—No seas bobo —dije tratando de sonar lo menos borde posible.
—No seas tu boba.
—¿Por qué? ¿Qué he hecho?
—Creer a Garnacho cuando te dice que solo
quiere ser tu amigo —rodó los ojos.—Es que no me lo ha dicho él, es lo que me ha hecho sentir. Es mi mejor amigo y no se sobrepasará de ahí nunca —contesté segura.
—Aitana, confío en ti —habló pegando su frente con la mía.
Nos besamos durante un rato hasta que sin darnos cuenta nos quedamos dormidos abrazados el uno al otro.