aitana romero
Llegué a donde estaba mi asiento, en el cual estaban Martina y Sira colocadas a los lados, esperando ansiosas a que empezara el partido. Un par de minutos y sucedería.
Cogí un puñado de palomitas y fui comiéndolas una a una mientras mi mente estaba en otro lugar, muy muy lejos del Camp Nou, pero a la vez, muy muy cerca del número treinta del barça.
Lo busqué con la mirada y no tardé en encontrarlo calentando, a la vez que se reía con Araujo. Para mi suerte, la cámara lo enfocó y lo pude ver aún mejor en la pantalla que había cerca de nuestros asientos.
—¿Ya os habéis aclarado? —habló Sira.
—¿Aclarado de qué?
—Pues de lo que vais a hacer con vuestras vidas —contestó obvia.
Negué con la cabeza.
—¿Entonces a que esperáis? —habló esta vez Martina.
Me alcé de hombros sin encontrar respuesta.
—Sabes que no te vamos a juzgar si nos dices la verdad, ¿no?
—¿Y si no sé ni yo la verdad? —dije haciendo una mueca.
—Si te estás preguntando eso es porque sí lo sabes y no te has dado ni cuenta —me contestó Martina enarcando una ceja.
—Tengo un debate gigante en mi cabeza como para ahora seguir martillándome.
—Lo quieres; Eso está claro ¿no? —dijo Sira.
—Claro que lo quiero, Sira, pero Gavi no es que sea tan fácil de querer —contesté.
—Para empezar, tienes que tener claro que él también te quiere, más que a nada en el mundo, y lo sé porque lo conozco desde hace años y nunca lo había visto así —dijo ella pera luego soltar un suspiro—. Mira, amor; Quererse siempre va a formar parte de una lucha constante entre lo que tú mente dice y lo que tú corazón pide; Sé que es muy fácil decirlo cuando no eres tú la que está en esa situación, pero de verdad, necesitas una oportunidad. Los dos la necesitáis.
Profundicé en los ojos de Sira, sabiendo que ella era mucho más madura que yo y que lo que me estaba diciendo era de corazón. Pero entonces mi mirada se perdió en el futbolista sevillano que vivía en mi mente 24/7.
—A lo mejor sueno como una idiota, pero a veces pienso que querer a Gavi es como si supiera apagar un incendio sin extintores que valgan. Porque cuando estoy en medio de lo malo, solo lo tengo a él.
Y ninguna de las dos decidió no decir nada, era mejor así y lo sabían. Por suerte, el partido no tardó nada en empezar, así que dejamos ese tema a un lado y nos centramos en apoyar cien por cien a nuestros chicos.
A los pocos minutos de partido, Lewandowski encajó el primer gol de la primera parte, dándole paso un rato después a Raphinha para que lograra el segundo. Se fueron así al descanso, y aún así, cuando volvieron, lo siguieron dando todo. Aunque a pesar de eso el marcador se quedó 2-0, a favor del equipo azulgrana.