ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]

CAPÍTULO 2

Capítulo 2- EVE ROGERS

Suspiré al escuchar el sonido del despertador, por un momento quise aventarlo por la ventana ya que tenía mucho sueño.

“Eve, eso no es habitual en ti ”

Si. Eso diría mi madre si supiera lo que me fastidia levantarme cada mañana pero eso lo había provocado yo misma.
Desde pequeña había forjado una imagen intelectual al igual que mis hermanos pero eso comenzaba a perturbarme de gran manera. Los últimos meses me sentía un poco ¿desinteresada? Creo que ese podría ser el término correcto, ya que suponía que estaba entrando en la etapa de la rebeldía tanto que una semana atrás había discutido con mi hermana.

Flash Back.

Esperábamos que nuestro padre nos buscara, estábamos sentados al frente del instituto y tardaría unos 5 minutos más. Ryan estaba a mi lado comiendo unas galletas mientras que Amy estaba un poco alejada riendo con Jeremy.

—¿Quieres? —mi hermano me extendió una galleta.

Negué haciendo que inflara sus cachetes un poco ofendido por lo que sonreí levemente.
Volví la mirada a mi hermana que hablaba de quien sabrá qué con “su mejor amigo” y eso me molestaba, era algo que me había molestado desde tiempo atrás sólo que no encontraba el modo de decírselo.

¿La razón? No sabría explicarlo con exactitud.

Nuestro padre llegó clavando su mirada en ellos para después mirarnos y bajar.

—Suban...

—¿Puedo ir delante? —preguntó Ryan con una sonrisa.

—Claro que si campeón —le devolvió el gesto mientras se dirigía hacia mi hermana.

No sabría decir que les dijo pero ambos rieron divertidos para luego irse, Jeremy saludandonos con una mano a la distancia, Ryan solo le sacó la lengua.

—Papá, exageras... —escuché decir a Amy mientras subía al auto

—No exagero, eres mi princesa. Ya deja de crecer —suspiró emprendiendo marcha.

—Solo es mi mejor amigo...

Esa frase me fastidió aún más de lo que estaba.

—Jeremy no me agrada —agregó Ryan. —tranquilo papá, lo ahuyentaré todas las veces que sean necesarias

—Ese es mi hijo —respondió con orgullo.

—Papá... —volvió a quejarse —y Ryan eres menor deberías preocuparte por tu futuro. En ese momento seré quien tenga la última palabra, mocoso ¿Verdad, Eve?

—¿Hasta ahora notas mi presencia? —cuestioné de mala gana.

—¿Que te sucede? —enarcó una ceja.

—Eres un fastidio eso sucede... —respondí con la misma actitud.

—Eve —me detuvo nuestro padre con autoridad. —basta.

Suspiré reteniendo mi queja para observar a mi hermana quién había cambiado su semblante a uno triste con algunas lágrimas que cristalizaban sus ojos.
Volví la mirada a la ventanilla para observar la ciudad disipando algunos pensamientos.

Al llegar a la casa nuestro padre recibió una llamada y luego de colgar nos miró un momento.

—Iré por su madre, Daniel se quedará a atender otras cosas y no podrá traerla