CAPÍTULO 63

57 11 12
                                    

CAPÍTULO 63:
EVE


Desperté con lentitud debido a la debilidad que sentía y poca movilidad, como si mi cuerpo estuviese dormido; poco a poco aclaré la vista encontrándome con el techo blanco de lo que parecía ser un hospital. Con la misma lentitud deslicé una mano hasta mi vientre pero solo sentí un dolor poco común, fue en ese momento qué recordé los últimos sucesos.

—No... —susurré con debilidad, esperando que no haya sucedido nada malo.

Escuché la puerta abrirse pero no dirigí mi mirada a ella, hasta que la tuve cerca.

—Eve... —la miré pero no respondí. —cariño. —tomó mi mano.

—Mamá, yo... —no supe como expresarme.

—Lo sé, lo sé... —me detuvo. —no digas nada, lo hablaremos luego, solo descansa.

—Mi bebé —pronuncié para que me comprendiera.

—Tranquila, no debes alterarte. Descansa, hablaremos luego —me detuvo con cuidado cuando comenzaba a moverme. —por favor, debes recuperarte.

—Pero...

—Solo escuchame, descansa —dijo con paciencia.

Estuvo conmigo hasta que me invadió un sueño incontrolable y la próxima vez que desperté me sentía mejor físicamente.

—Mamá... —la llamé al notar que estaba durmiendo en la silla a mi lado. —mamá.

—Dime —despertó un poco confundida.

—¿Estás bien? —intenté sentarme.

—Si... —acomodó mi Almohada para que pudiera sentarme con comodidad.

—Mamá, estoy embarazada —confesé para aliviar el peso que sentía al haber ocultado aquello, pero como respuesta desvió la mirada. —¿escuchaste lo que dije?

—Lo escuché... —suspiró con pesadez. —pero debes saber algo —se sentó en la cama tomando mis manos. —Eve.

Parecía no saber como decirlo, y solo pude deducirlo sintiendo mi interior estremecerse de tan solo pensarlo.

—No... —pronuncié.

—Eve, estas cosas suceden. Lo perdiste, lo siento —me abrazó con cuidado.

—No —comencé a llorar. —¿porque a mí?

—Sé perfectamente que tienes cuestionamientos al respecto pero... —suspiró. —eres joven, ahora mismo puedes llorar, gritar y todo lo que quieras porque duele, aunque no lo supe. Sin embargo, también debes ser fuerte y ser consciente, no es lo mismo un hijo repentinamente que haber tenido una relación estable.

—¿Estás diciendo que fue por una aventura? —cuestioné. —¿que no sabía lo que hacia o que lo hice sólo por placer?, ¿que quieres de mi, madre?, ¿siempre seré la que se equivoca?

—Y aquí está la Eve de siempre, la que dijo que cambiaría. Primero recuperate y luego hablaremos bien, no retrocedas de nuevo. —se levantó

—Mamá... —intenté hablar pero sonó más a una queja.

—Regresaré en un momento

Salió de la habitación y nuevamente me sentí mal conmigo misma, con mi actitud y mi continúo carácter que parecía lastimar a quienes quería.

—Eve... —no noté cuando entró pero ya estaba a mi lado, mirandome con preocupación.

—Kevin —intenté no sonar frágil.

ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora