CAPÍTULO 50

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CAPÍTULO 50



El despertador sonó cerca de mi oído haciendo que me sentara de inmediato.

—Rayos... —me quejé tomandome la cabeza.

Me levanté con lentitud por el malestar y así poder tomar una ducha entre otras cosas.

Bajé para desayunar con mi tío y a pesar de ser sábado había trabajo por hacer.

—¿Como te sientes? —me preguntó mientras comía con cuidado.

—Bien, solo necesitaba descansar —intenté sonar normal.

—Bien, ya hablé con tus padres y los convencí, nos quedaremos sin problemas —sonrió. —tenemos permiso, que emoción —bromeó y reí con ganas.

—Por favor, ya eres un hombre mayor —me recuperé. —por cierto, ¿porque Taylor o Dylan nunca te acompañan? —pregunté con curiosidad.

—A veces me acompañan a la empresa para saber un poco más pero no quiero que se sientan presionados con los viajes de negocios, eso lo haré en los últimos años de universidad. Contigo es diferente porque fuiste tu misma quien se lo pidió a tu padre y la modalidad de estudio también es diferente pero no digo que sea fácil —continuó con su desayuno.

—Si, entiendo —bebí un poco de jugo.

Por tres días me dediqué expresamente al trabajo como era de esperar, ignorando a Kevin tanto en el trabajo como sus mensajes y llamadas. De pronto me había invadido el pánico de hablar con él.

—Eve, ¿donde están las carpetas de la inversión que haremos con Liam? —me miró.

—La carpeta... —divagué con la mirada. —creo que la olvidé en el hotel, lo siento.  Puedo tomar un taxi e ir por ella

Sugerí ya que estábamos en la empresa Cooper.

—Está bien, de todos modos Kevin también olvidó algunas cosas referidas al requerimiento del contrato... —respondió su padre. —podemos ir a almorzar y luego buscar las carpetas

—Me parece bien —respondió mi tío.

—O podemos ir a buscarlas ahora mismo, no tardaremos. Te llevaré —agregó Kevin mirándome.

—Tio... —desvié la mirada.

—Está bien... —para mi sorpresa aceptó pero de pocas ganas. —solo no se tarden.

—Claro, no se preocupe. La cuidaré bien, ustedes pueden ir a comer y nos reunimos al rato —sonrió.

Ambos mayores asintieron y pudimos salir en silencio.

—¿Vamos primero al hotel? —preguntó mientras subíamos al automóvil.

—Si —respondí sin mirarlo y con un poco de frialdad.

—Bien —Emprendió marcha.

El camino fue silencioso por parte de ambos aunque sentía su mirada sobre mi cada vez que se detenía por algún semáforo.

—Espera aquí, no tardaré —me bajé sin mirarlo para apresurarme.

Tomé los papeles correspondientes y algo más que había dejado en la mañana, mis manos estaban temblorosas cómo si en ese mismo momento hubiese asimilado algo.

—Mierda... —suspiré presionando el botón de el elevador para bajar. Con cada piso que descendía mi corazón latía con pesadez.

—¿Listo? —me preguntó en cuanto llegué con él.

ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora