CAPÍTULO 21
No negaré que al día siguiente me levanté con temor de que mi sitúacion haya empeorado y con cada escalón que bajaba mi corazón se aceleraba provocando una reacción en cadena en todo mi cuerpo.
Me detuve al final de la escalera escuchando sus voces en la cocina, un tanto confundida cerré los ojos para acostumbrarme y ser un poco normal como días anteriores. En mi ejercicio para tranquilizarme alguien acarició mi cabeza.
—¿Como te sientes? —preguntó con suavidad, reconocí su voz y me tranquilizó.
—Papá... —abrí los ojos viendo que me dedicaba una sonrisa y mostrando su mano.
—Dijiste que no me quitara este reloj, en caso de cambiarlo te lo mostraré o irás conmigo para que tu misma lo escojas.
Liberé un suspiro pesado y con él la tensión que se había acumulado en mi momentos antes, para luego sonreír.
—Verás que tengo buen gusto...
—Sé que si, como yo —rió levemente para luego abrazarme.
A pesar de su actitud y su sonrisa para hacerme sentir bien, en su abrazo transmitia la seguridad que necesitaba haciéndome saber que no estaba sola en lo que padecía y que podríamos salir adelante todos juntos, como siempre. Besó mi frente llevándome hasta el comedor donde estaban los demás.
—Buenos días... —saludé a todos pero clavando la vista en mi hermana.
Su semblante no era el mejor, parecía haber llorado y evitaba mirarme. Sentí una opresión en el pecho con solo imaginar alguna sitúacion que la dejara así pero desvié la mirada al chico a su lado que me sonrió tiernamente.
—Luego de ver a papá es imposible no reconocerte Ryan, son tan parecidos —le devolví el gesto.
—Tengo algo para ti... —tomó algo entre sus manos para luego acercarse. —estuve pensando como ayudarte y se me ocurrió esto.
Miré lo que tenía en la mano, eran unas cuantas fotografías de diferentes personas.
—Les coloqué el nombre a cada uno para que puedas reconocerlos, no tiene nada de malo que lleves fotografías a donde vayas. Después de todo siempre buscas algo... —me las entregó. —espero que te ayuden.
—Claro que si. —me sorprendí y lo abrace. —eres el mejor hermano del mundo
—No podemos quejarnos de nuestros hijos cariño. —nuestro padre se dirigió a nuestra madre que sonrió levemente.
Nos sentamos a desayunar los cinco pero mi atención estaba en mi hermana que aún me evitaba.
—Eve, ¿me pasas el jugo? —se lo pedí en un intento para que me mirara.
No lo hizo y en el acto de pasarlo se le cayó en mi desayuno.
—Lo siento... —se lamentó. —se me hace tarde, Sarah pasará por mi. Nos vemos luego.
Salió como si huyera de mi haciéndome sentir mal.
—Mira eso. —se lamentó mi madre. —te serviré de nuevo.
—No, dejalo. Ya no tengo apetito, iré a mi habitación.
Subí sin esperar respuesta, un sentimiento doloroso llegó a mi sin comprender a mi propia hermana. No Comprendía su actitud y tampoco comprendía el hecho de que no me dijera nada; algo totalmente opuesto a cuando eramos niñas.
Tomé las fotografías que me había entregado Ryan y vaya que lo había estructurado bien, eran las fotografías más recientes que nos habíamos tomado todos. Tanto nuestra familia como con amigos y no solo nuestros, sino de nuestros padres.
Eran de unos meses atrás cuando habíamos ido todas las familias a las cabañas lejos de la ciudad, aquello lo haciamos desde que tenia memoria. Estaban absolutamente todos y las personas más preciadas para mi.Quedé con la mirada fija en Jeremy porque así lo tenía escrito, y no solo eso, lo acompañaba un corazón. En esa fotografía solo estábamos nosotros.
Suspiré tomando el móvil para llamarlo pero no respondió.
Mensaje
Yo: Hola Jeremy! Sé que te he ignorado cuando me llamaste, y tampoco te he llamado pero tenía miedo. Tuve un accidente y posteriormente desperté con un padecimiento, es muy difícil para mi. Por favor responde 😔
Dejé el móvil esperando que la próxima vez que lo tomara haya una respuesta.
Por la tarde alguien tocó la puerta y entró luego de mi aprobación.
—Cariño, Alexia está aquí... —dijo mi madre. —¿puedes bajar?
Entonces la miré para asentir y bajar junto a ella. En la sala estaba una mujer, reconocí su aspecto pero a la vez era desconocida hasta que habló.
—Hola Amy, supe lo que pasó —sonrió acercándose pero se detuvo a cierta distancia. —mi intensión no es incomodarte, hablemos un poco. Sam nos acompañará —señaló a mi madre.
—De acuerdo. —asentí.
Alexia se sentó en un sillón y con mi madre al frente, ella estaba a mi lado.
—¿Puedes contarnos que sucedió? —dudé ante su pedido, recordé como me sentí experimentando lo mismo. —está bien, mira ahora mismo no estoy aquí como profesional. Estoy aquí como amiga de Sam, amiga de la familia pero lo más importante como tu madrina para que compartas el pesar que pasaste.
—Así es, no estás sola hija.
Ambas me brindaron seguridad y pude expresar como me sentí en ese momento.
—Cuando lo noté, ya me había encerrado en el baño sintiéndome asfixiada por mi misma. Todo lo veía tan grande y yo tan pequeña en un mundo totalmente desconocido. —bajé la mirada. —sé que mi memoria está intacta pero, ¿de que sirve recordar lugares o momentos? Solo las personas que estuvieron ahí dan el verdadero valor.
—Tienes los pensamientos claros e intactos a pesar de lo que tu vista te limita. Estuve pensando en la mejor manera de ayudarte solo me tomaré un par de días para decirlo.
—De acuerdo, y con respecto a lo que sucedió fue un episodio de ansiedad ¿cierto? —preguntó mi madre.
—Si, por lo que describe fue ansiedad que podría haber desencadenado un ataque de pánico pero Amy es fuerte. Y te seré sincera, no quiero recetarle medicamentos por ahora. —la miré. —con amor, paciencia y comprensión se sentirá más tranquila hasta que encuentre lo adecuado.
—¿Estas segura? —mi madre se escuchaba dudosa.
—Tampoco quiero medicamento, solo debo aprender a vivir con esto —respiré profundo. —si es todo, ¿puedo retirarme?
—Claro, sólo quería saber eso. Ve —dijo Alexia.
Los días pasaron y él no respondió, mis días se tornaban más difícil aunque recibiera la ayuda de Alexia y el buen método de Ryan. Por la noche solo conciliaba el sueño luego de que hiciera algo que calmara mis pensamientos destructivos.
Con destructivos no me refería a algún daño físico que podría aliviar mi frustración, pero me torturaba mentalmente por no superar o sobrellevar la condición y era muy propensa a tener episodios de ansiedad e incluso o caer en una ataque de pánico.Una tarde bajé mientras mi madre preparaba la cena pero no fui con ella, en realidad me perdí en el estudio donde estaba el piano. Tomé asiento como de costumbre y con lentitud descubrí sus teclas, con la misma lentitud presioné una dejando oír un agudo sonido.
Así lo hice con varias hasta que alejé la vista de ellas para posicionar mis manos a lo largo del extenso teclado vestido de blanco y negro. Solté un suspiro para cerrar los ojos y dar paso a una melodía sentida, melancólica y expresiva. Toda mi vida había tocado aquel instrumento que podía tocarlo con los ojos cerrados como lo hacia en ese momento y al finalizar, una lágrima se deslizó por mi mejilla haciéndome sentir un poco liberada.Hola, hola por aquí! Quien me lee? (Grillo) nadie? ╥﹏╥
Bueno, igualmente vine con actualización!!!
No olvides votar y comentar si fue de tu agrado, y recomendar ¿porqur no? (◕‿◕)♡
ESTÁS LEYENDO
ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]
Novela Juvenil¿Que es para ti el concepto de matices? ¿Sabes lo que significa? ¿Sabes lo que representa realmente o que se refiriere en amplitud? Dejame decirte que puedes estar muy equivocado, o bien podrías tener la razón en cada idea que surja; todo es valid...