CAPÍTULO 41

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CAPÍTULO 41:
EVE



Habían pasado varios meses y con él muchas cosas en los cuales hice caso al consejo de mi hermano y así comenzar a trabajar con nuestro padre, con el cual llegábamos a un hotel de New York.

—Me pregunto porque no fuimos a un departamento —dije mientras subíamos al elevador.

—Porque solo serán 3 días y un hotel es más cómodo cuando tenemos mucho trabajo, lo entenderás más adelante hija. —sonrió levemente llegando a nuestro piso. —esa es tu habitación y la mía está justo al lado, descansaremos por una hora pero ten preparada mi agenda. No te retrases —miró su reloj.

—Como ordene señor Rogers —asentí.

—Sabes qué, como mi asistente trabajas como tal y no será diferente aquí —me señaló.

—Claro que lo sé, por favor descanse mientras preparo su agenda —evité reír.

Asintió y cada uno entró a su habitacion la cual era lo suficientemente grande y acogedora. Dejé la agenda para después y corrí para saltar en la cama como si fuese una niña.

—La agenda de papá es importante pero también tengo que organizarme para hacer todo lo que tengo pensado. Es muy importante y... —el sonido de una llamada interrumpió mi plática solitaria. —¿si? —respondí con amabilidad sin mirar de quien se trataba, ya se había convertido en costumbre responder de aquel como desde que era la asistente de mi padre.

“Hola niña mimada, ¿llegaste a la ciudad?”

Aquel tono característico para molestarme no era de otro más que de Kevin.

—Hola, ¿como es que lo sabes todo? —fruncí el ceño. —¿estás vigilandome?

“Puede ser, yo lo veo todo”

—¿Que demonios quieres Kevin? —rodé los ojos.

“¿Llegaste a la ciudad?”

Lo escuché reír levemente.

—Sabes que si, ¿para qué preguntas? —bufé. —¡ya sé! Quieres verme, ¿cierto?

“Puede ser, pero no creo que podamos. En un rato acompañaré a mi padre en una reunión y creo que estaré ocupado los siguientes días, para tu mala suerte.”

—Como dice mi hermana, mala suerte mi pie. Como si quisiera verte, idiota —comencé a buscar entre mi ropa lo que me pondría.

“Además de mimada, grosera. Bien, debo dejarte niña grosera.”

Colgó antes de que pudiera responder.

—¿Que demonios? —miré el móvil. —la agenda...

Me apresuré para tomarla y verificar los horarios de las reuniones que tendríamos aquel día, porque si, me incluía en ellas y recordaba algunas cosas mientras me dirigía a tomar una ducha.




Después de unos cuantos meses de llevar las clases desde la casa y que mi madre haya regresado, no me sentía con tanto peso aunque se había hecho un hábito llevar y recoger a Ryan del colegio; y así tener tiempo como hermanos ya que había notado que él sentía mucho más la ausencia de nuestra hermana.

Aquel día lo esperaba fuera del colegio cuando observé pasar un automóvil color negro por las cercanías, uno muy similar al que había visto tiempo atrás en la universidad.

¿Coincidencia?

Posiblemente, o quizá no.

—Eve... —la voz de mi hermano me sacó de mis pensamientos.

ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora