Joshua.

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🎵 Headliner — Seventeen 🎵

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Pedido de karlaxbang
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Mi personalidad no era aceptada por la mayoría de mis amigos al ser reservada y malhumorada como diría mi mamá

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Mi personalidad no era aceptada por la mayoría de mis amigos al ser reservada y malhumorada como diría mi mamá. No había manera de explicar porque era de esa manera, siempre había sido así desde pequeña.

Cuando mis amigos trataban de describirme con una sola palabra, usualmente pronunciaban lo siguiente: pesimista, negativa, amargada, gruñona. Cualquier adjetivo parecido a esos los había escuchado repetitivamente, una y otra vez.

Para mi simplemente era mantenerme al margen y no ser extrovertida como otras chicas, tenía un carácter duro y eso lo admitía. Jamás me había molestado ese aspecto de mi personalidad, no hasta que conocí a Joshua Hong.

Era completamente diferente a mi, las dos caras de la moneda dirían por ahí. Él era alegre y amistoso, podía socializar fácilmente con cualquier persona mientras que yo permanecía callada y serena.

Nos habíamos conocido en la universidad cuando compartimos una clase y él al ser la persona más amistosa del salón, cada día conversaba con un compañero diferente y su típica sonrisa amable.

—Ho... —levanté mi mano frente a su cara para interrumpirlo.

—No me interesa ser tu amiga —le dije cortante —, así que ahorrate tus palabras —le sonreí falsamente y tomé el libro para comenzar a leerlo e ignorarlo.

Joshua se quedó estático en su lugar procesando la rudeza de mis palabras. De reojo pude notar como relamió sus labios avergonzado y bajó su mirada para levantarse de la silla y cambiar de lugar de manera resignada.

Suspiré agitando la cabeza para dejar pasar ese momento incómodo, sobre todo para él. Se nota que no era fácil para él asimilar un rechazo a pesar de ser tan amable, pero no le di importancia y seguí leyendo la lectura de esa clase.

Al día siguiente antes de comenzar la clase, sentí que alguien tomó asiento a mi lado y al reconocer el olor, cerré los ojos levemente y pasé mi lengua por mis labios para girarme para enfrentarlo.

—¿Te puedo ayudar en algo?

—¿Puedes explicarme algo? —pidió colocando un cuaderno frente a mi sobre el escritorio —, tengo duda en el problema dos —señaló su caligrafía sobre la hoja y me miró con una sonrisa.

—Tienes el mejor promedio del salón, ¿por qué pides mi ayuda? —pregunté confundida sin mirar su cuaderno.

—Verás —se inclinó hacia el escritorio con su codo recargado sobre él —, este tipo de problemas se me dificultan un poco.

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