_WORLD

Hoshi.

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Canción recomendada:

🎵 Sweet Creature — Harry Styles 🎵

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La primera vez que conocí a SoonYoung, lo único que pensé fue: ¿por qué es tan ruidoso?

Sus carcajadas retumbaban por todo el salón de prácticas durante las clases de baile. Su energía no tenía límite y ese muchacho podía bailar todo el día durante varias horas seguidas.

Él reclamaba que era introvertido a lo cual yo nunca le creí después de tantas carcajadas que lograba sacarme con los pasos locos que realizaba para sus coreografías inventadas.

—¡Uno, dos, tres! —gritó emocionado y comenzó a bailar desenfrenadamente exagerando sus movimientos.

Traté de seguirle el ritmo, pero las carcajadas no me lo permitían y terminé recostada en el suelo tomando mi estómago cuando sentí un calambre en él.

—¡Vamos! Baila conmigo —siguió saltando por todo el lugar sin perder ni un poco el aliento.

—¿Dónde guardas tanta energía, Kwon? —pregunté sorprendida cuando terminó la clase de ese día.

—No lo sé —sonrió tiernamente —. ¿Quieres ir por un helado? —preguntó emocionado.

—No creo que sea buena idea darte más azúcar —dije desconfiada mientras caminábamos por la calle.

—No he consumido azúcar —se defendió mientras trotaba a lado mío —. Vamos, una carrera hasta la tienda —dijo y comenzó a correr dejándome atrás.

Mientras pedíamos los helados, la sonrisa de Hoshi nunca se apagó contagiando al vendedor que nos atendía.

—¡Hay tantos sabores! —musitó con emoción observando a través del vidrio.

Nos sentamos en una de las mesas del local, en una esquina donde según yo nadie podría vernos y pasaríamos desapercibidos. Pero fue todo lo contrario, todos miraban de reojo a nuestra dirección debido a las carcajadas ruidosas de Hoshi y la manera en que su cuerpo vibraba cuando hablaba de algo que le apasionaba.

—¡Baila conmigo! —pidió dentro del salón de prácticas cuando pasamos a visitar a nuestro profesor favorito.

—No gracias —susurré apenada cuando las personas extrañas lo miraban divertido.

—¡Vamos! —tiró de mi mano para acercarme al centro del salón y mover mis brazos de manera exagerada.

No había momento en el que no me divirtiera a su lado. Siempre estaba alegre e irradiaba una felicidad extrema. A donde quiera que fuera, la gente volteaba a verlo y por ende, me miraban a mi también.

De alguna manera ese fue el encanto que provocó que terminara enamorada de él y la gente a mi alrededor me preguntaba: ¿cómo es que soportas tanta energía?

Bueno, me preguntaba lo mismo cada día de mi vida.

—¡Bravo! —escuché el grito de Hoshi después de terminar una pequeña presentación de baile —. ¡Esa es mi chica! ¡Te amo! —gritaba cada vez más fuerte provocando que bajara la mirada avergonzada.

Después de todo, me había acostumbrado a su forma de ser.

El día de mi cumpleaños organizó una gran fiesta para demostrar su amor por mi, según él.

—Puedes demostrarme eso diciéndome te amo o algo así —le dije avergonzada después de haber entrado a nuestro lleno de personas, la mayoría desconocidos.

—Todos deben de saber el gran amor que te tengo —gritó tomando mis mejillas para apretarlas y formar un puchero con mis labios.

La gente a nuestro alrededor nos miró con ternura y los susurros de esperanza de las chicas se hicieron notar, diciéndome cada ves que podían: ganaste la lotería con Hoshi.

Para finalizar la noche, le avisó a todos los invitados a través del micrófono que recibiría mi último regalo. Una canción cantada por él en la máquina de karaoke que había rentado.

—A veces me pregunto si tu novio no tiene un problema serio —murmuró a mi lado Woozi, nuestro amigo mirando a Hoshi cantando con pasión.

—Lo mismo me pregunto yo, pero aún así lo amo —sonreí enamorada al verlo tan feliz por querer hacerme feliz a mi.

Era verdad, SoonYoung era único y era solamente mío.