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Un OS especial para mi inspiración de todos los días, fairy_bts7 y mi cómplice en este mundo.

Happy birthday, my love

Observé el amanecer a través de la ventana y suspiré al ver que era demasiado temprano para estar despierta

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Observé el amanecer a través de la ventana y suspiré al ver que era demasiado temprano para estar despierta. El reloj apenas marcaba las siete de la mañana, tenía toda la semana sin poder dormir bien y ni siquiera sabía porqué. Simplemente me mantenía despierta la mayor parte de la noche y apenas y podía dormir una o dos horas.

Decidí levantarme antes de sentirme más abrumada por el insomnio y me dirigí a perder tiempo bajo el agua en la regadera hasta que se acabara el agua caliente.

Cuando terminé, antes de llegar a la cocina y perder otro poco de tiempo ahí viendo que desayunaría, recibí una llamada de mi mejor amiga que seguramente quería asegurarse que siguiera viva.

—¿Qué pasa, guapa? —pregunté colocando el altavoz.

—Me vas a amar, Juni —dijo evadiendo mi pregunta.

—Si, estoy bien. Gracias por preguntar —le dije bromeando y ella rio levemente.

—No bromearás cuando sepas lo que acabo de conseguirte, corazón —anunció y esperé a que me contara al notar emoción en su voz —. Será el mejor regalo de cumpleaños, Juni.

—Ya —dije desesperada —, dime que está pasando.

—Necesito darte contexto de todo, pero tendrás que venir porque entraré a consulta.

—¿Me harás ir hasta allá? —me quejé echando la cabeza hacia atrás.

—Si, creéme que me amarás después de que te cuente. Apúrate y tráeme un café —dijo rápidamente antes de colgar y pudiera negarme.

Dejé el celular sobre la mesa y la pantalla siguió prendida, dejándome ver la imagen que tenía de fondo hasta que se apagó trayéndome de vuelta a la realidad.

—Bueno, tendré que ir por un café —susurré para mí, dejando de lado mis planes para desayunar y mejor compraría algo de camino para mi amiga y yo.

Una vez que llegué al hospital donde trabajaba Nía, la recepcionista me saludó sonriente y me indicó que me esperaban en la sala de descanso que había en el hospital, así que me dirigí sabiendo a la perfección el camino y una vez que entré, me encontré con mi amiga sosteniendo a un animal extraño.

—¿Qué clase de rata es eso? —pregunté impresionada.

—Es una ardilla, ignorante —respondió rodando sus ojos —. ¿Quieres una foto con ella?

—No, aleja eso de mi —dije con miedo al ver que el animal quería arrancarme la cabeza con esas filosas garras.

—Cobarde.

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