Bienvenidos al mundo de Seventeen.
Disfruta de las cortas historias que te traigo de cada integrante, porque todas merecemos soñar con ellos 🖤.
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Mi desarrollo en el ámbito de la actuación no había sido relevante hasta hace poco, cuando mi manager me informó que había una audición para un proyecto nuevo y que la productora estaba interesada en mi para el personaje principal.
El interés en mi había sido por el aspecto fuera de lo común, es decir, que no era coreana. Había hecho una audición gracias a la insistencia de un amigo que si era coreano cuando lo visitaba en su país natal.
—No pierdes nada —dijo mientras cenábamos en una tienda de conveniencia —, eres guapa y seguro consigues un papel.
Negué divertida ante su insistencia y arrojé esa posibilidad a la basura debido a la diferencia cultural al momento de la actuación. En mi país, había hecho algunos papeles dándome un poco de reconocimiento como una principiante con talento.
Y ahora me encontraba frente a un productor coreano que me miraba con interés y curiosidad, mientras que buscaba la manera de comunicarse conmigo.
—Sé hablar coreano —comenté al ver su desesperación.
—Eso es bueno —rio nervioso —, queremos ofrecerte un papel en la nueva producción de un K-drama en el que estamos trabajando.
—¿Por qué? —pregunté curiosa recibiendo y una mirada de reproche por parte de mi representante.
—Hemos visto tu trabajo en tu país natal y estamos en busca de una extranjera —explicó mirando a su equipo —. Queremos que te animes a participar.
—Está bie... —iba a afirmar, pero el carraspeo de Math me interrumpió.
—Tenemos que hablarlo —sonrió con amabilidad —, ella está de vacaciones aquí, solo vino para una sesión de fotos.
Lo miré confundida ya que siempre a aceptaba cualquier proyecto para hacer crecer mi currículum en esta industria.
—Está bien, tómense su tiempo —dijo tomando una carpeta para tenderla hacia mi dirección —, ahí está toda información que necesiten y un fragmento del guión —agregó al final para después despedirse de nosotros.
Una vez que estuvimos fuera de esa empresa, Math sugirió pasar a una cafetería para discutir sobre mi próximo proyecto.
—¿Por qué no aceptaste en ese momento? —pregunté una vez que estuvimos sentados.
