Bienvenidos al mundo de Seventeen.
Disfruta de las cortas historias que te traigo de cada integrante, porque todas merecemos soñar con ellos 🖤.
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Little Mermaid.
—Por favor —le pedí a Yeon, mi novio, sonriéndole lo más tierno que pude, pero el seguía negándose con un rostro serio.
—No —comentó y evitó mirarme, así que me recosté sobre sus muslos para que me viera. Dejó su celular de lado y alzó una ceja —. ¿Por qué? —preguntó.
—Porque nunca fui a una fiesta de disfraces —le respondí llena de emoción —, las fiestas de MinGyu son las mejores, por favor —le pedí alargando las palabras y él seguía sin cambiar su rostro.
—Es un poco infantil, ¿no lo crees? —murmuró tomando de nuevo su celular —, estás a punto de graduarte y yo soy el jefe de sección de la empresa, no somos unos niños.
Sentí la emoción drenarse con lentitud por mi cuerpo al ver su actitud renegada, me levanté de sus piernas y suspiré, rindiéndome.
—Está bien —dije resignada y regresé a casa con los ánimos hasta el suelo. Por un momento pensé que aceptaría y podríamos disfrazarnos juntos, de alguna pareja famosa de las películas, pero mi plan se había ido a la basura.
Los días siguientes traté de mantenerme ocupada para no pensar en la fiesta de disfraces a la cuál no asistiría, pero Gyu seguía insistiendo que debería ir sin el estúpido de Yeon a mi lado. No lo pensé mucho y decidí hacerle caso a mi amigo, quien solo quería que pasara un buen rato después de la estresante semana de exámenes de mi último semestre.
Así que después de dejarle a claro a Yeon que no necesitaba a un hombre como él en mi vida, me dirigí a la tienda de disfraces más cercana que encontré y me propuse a buscar el disfraz que más me agradara para poder disfrutar la experiencia completa.
Estuve algunas horas tratando de decidir entre las dos opciones que más me gustaron y después de probármelos, la señora que trabajaba ese día en la tienda di su humilde opinión.
—En los dos te ves preciosa, como una princesa de verdad —sonrió a través de sus arrugados ojos —, pero si puedo dar mi opinión... este me gusta más —señaló el vestido color azul.
—¿Verdad? —pregunté entusiasmada pensando lo mismo que ella, los dos vestidos eran hermosos, pero sin duda me llevaría a casa el azul —. Me llevaré este.
—Tengo la peluca también, ¿la quieres? Necesitas tener todo para ser una verdadera princesa.
