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¡Feliz cumpleaños a nuestra lunita preciosa!

La fama de Seventeen era inminente en pleno dos mil veinticuatro

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La fama de Seventeen era inminente en pleno dos mil veinticuatro. Eran la banda con más éxitos en el momento y su agenda estaba increíblemente saturada, entre conciertos, firmas de autógrafos y la siguiente promoción del disco que lanzarían próximamente, los chicos apenas encontraban tiempo para ellos mismos.

Después de nuestra boda, que fue la sensación en internet, Jun y yo no pudimos disfrutar la etapa de recién casados debido a todo lo que tenían que hacer. Al día siguiente de la gran celebración, tuvo que cumplir con su agenda y las sesiones de fotos que tenía para una gran marca.

Llegaba por las noches con el rostro cansado y buscando fuerzas para aguantar otros cinco minutos despierto tratando de platicar conmigo y escuchar cómo me había ido durante el día.

—¿Cómo te fue hoy? —preguntó recostándose sobre mis piernas, sus ojos se entrecerraban por más que tratara de mantenerlos abiertos.

—Estuvo bien. Hoy fue mi última clase y solo necesito repasar unos temas antes de presentar el examen —comencé contándole mientras acariciaba su cabello —, luego fui a comer con Dae a un restaurante italiano. La pasta de ahí es increíble, Wen. Te llevaré para que la pruebes y...

Cuando bajé la mirada, él ya estaba en un profundo sueño y sus labios entreabiertos dejaron salir un ronquido. Carcajeé levemente para no moverlo y lo miré por unos minutos más, admirando sus facciones y los lunares repartidos por su rostro que tanto me gustaban.

—Estás tan cansado, gatito —susurré muy bajo para no despertarlo.

Sobre su estómago estaban sus manos entrelazadas dejándome ver el anillo de casado que llevaba orgullosamente cada día sin importarle lo que dijera el mundo sobre nosotros. Las fans nos aceptaron bastante bien y mostraban su apoyo hacia nuestra relación.

Su teléfono vibró, dejándome ver el nombre del líder de la agrupación. Antes de que lo despertara, contesté la llamada.

Me imaginé que contestarías tú —dijo en cuanto atendí la llamada y escuchó mi voz.

—Está cansado, pero si necesitas que lo despierte... —le respondí en un susurro.

No, déjalo dormir. De hecho, que bueno que contestas tú. Les tengo buenas noticias —avisó con emoción en su voz —, le conseguí unos días de descanso al grupo. Creo que nos merecemos un buen descanso después de trabajar tanto.

—¿En serio? —pregunté sorprendida, pero de inmediato supe que Cheol haría hasta lo imposible para ver a sus amigos felices.

Una semana. Es poco, pero es lo mejor que pude conseguir antes de comenzar con las promociones —informó y procedió a darme la fecha aproximada de cuando iniciarían con las prácticas y grabaciones.

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