Parte 19: Erupción

1.3K 112 26
                                    

Tras cuidar de Lulu mientras estaba enferma, Veigar recibió de ella una oferta para pedirle cualquier cosa... al menos temporalmente.

Frente a la nueva idea de la chica, él solo se quedó callado varios segundos viendo como la sonrisa de la yordle se desvanecía.

"Veigar, ¿qué te pasa?" - preguntó inocentemente

"¿Cómo que te vas? ¿Por qué?"

"Si-siempre dices que te molesto... así será mejor..."

"¡¿Mejor?! ¡¿Te parece a ti mejor, hacerme esto?!"

"Pe-pero Veigar, no te estoy haciendo nada malo..." - dijo preocupada

"Que no me haces nada malo... ¡claro que me estás haciendo algo malo!"

"¿Qu-qué te he hecho?" - preguntó con un poco de miedo

"¡Irrumpir en mi vida!"

"¿Pixie?"

"¡Y tu cállate! ¡Insecto!"

En estos momentos los gritos del hechicero sonaban tan fuerte que el eco de las habitaciones vacías hacían retumbar sus palabras.

"Pe-pero... Veigi..."

"¡Me miras y hablas por la calle, siempre me molestas! ¡Tú y ese hada me metéis en situaciones absurdas y nunca os responsabilizáis!"

"Pe-pero aun así...."

"Pixie...."

"¡Y lo peor de todo es que para mí ya es normal!"

"¿Cómo dices?"

Esa última frase hizo que Lulu empezara a pensar a qué podía estar refiriéndose Veigar. No podía entenderle.

"¡Desde que viniste a vivir a mi casa no has hecho más que molestarme!"

"Ya lo sé... y..."

"¡Y ya me da igual porque por primera vez en años puedo ver a la cara a otra persona que no me tiene miedo y que le da igual las cosas que he hecho!"

"Veigi..."

Su voz sonaba muy lastimosa al entenderle. Estaba Rammus, pero era un mero prisionero para él.

"En la playa... ¡prometiste que siempre serías mi amiga! ¡y ahora quieres apartarte de mí!"

"Pero eso es..."

"Igual... que como el resto..." - le acusó con su garra

"Eso no es cierto...."

"¡Si que lo es!" - le gritó temblando - "Te irás y no volverás nunca... después de todo lo que he hecho por ti, porque creía que eras mi amiga..."

"Pero si soy tu amiga..."

"¡No me mientas!"

En un momento de furia y desesperación, el yordle abrió las puertas de su biblioteca y se encerró dentro. Tal vez para pensar mejor.

La chica por su parte tenía algunas lagrimas corriendo por su cara, las cuales surgieron con cada grito incriminatoria que recibía del hechicero.

"¡Veigar abre!"

"¡Vete de una vez! ¡¿A qué esperas?!"

"¡Veigar! ¡Por favor déjame entrar!" - gritó golpeando la puerta y sollozando

"¡No! ¡No voy a salir para ver cómo te alejas de mi vida!"

El brujo agarró uno de sus libros para intentar aparentar normalidad.

"Veigar.... yo no sabia..."

"¡¿Qué no sabías?!"

"No sabía que..."

"¡Eres la única que me ha mirado a los ojos y no me ha hecho sentir que soy el malo de la película! ¡Que no soy un monstruo!"

"Veigar..."

Tras esto el brujo solo pudo quedarse callado en silencio mientras sujetaba su cetro.

"Tu no eres un monstruo..."

"Sí lo soy..."

"No lo eres... sé que te gusta hacer el mal... pero eso no te hace menos humano..."

"........"

"Lo muestras cada día con Rumble, Rammus o los Emisarios..."

El maestro del mal se quedó parado en su sitio por varios segundos, hasta que avanzó hacía la puerta.

"Veigar... sé que eres un maestro del mal..."

"........"

"Lo has demostrado muchas veces... pero eso no significa que seas un monstruo... eres mi mejor amigo... y no quiero perderte...."

El yordle oscuro abrió la puerta y le dio un abrazo. Sus lágrimas no se veían, pero por su voz se sabía que estaba triste.

"Por favor no te vayas..."

"No voy a irme Veigar... voy a estar aquí contigo..."

"Gracias..."

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora