Parte 154: Primer encuentro

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Nota: Dedicado a mi amigo Alex Cooper, main Tristana desde la beta

Una historia que nos ocupa hoy ocurrió poco antes de la formación del Instituto de Guerra. Cuando Tristana aun formaba parte del Comando Megling.

Desgraciadamente en aquella época ella no era tan aplicada como lo es en la actualidad.

"¿Estáis todos presentes?" - preguntó el instructor yordle

"Tristana aun no ha llegado"

"¿Otra vez llegando tarde?"

"Espere, creo que viene..."

La joven yordle apareció corriendo, incorporándose a la fila que le tocaba.

"Siento la tardanza" - se disculpó la yordle con un saludo militar

"¿A qué se debe el retraso?"

"Pues... yo... emm... ¿ligera intercepción?"

"Ya... bueno, ahora que estamos todos es hora de empezar la misión"

"Iuuff..."

En el tablón de madera se encontraba la fotografía de un brujo vestido de azul, con un sombrero y con los ojos dorados brillando.

Esto sorprendió ligeramente a la chica, principalmente por sus pintas.

"¿Quién es ese tipo?"

"Su nombre es Veigar, aunque desconocemos muchos datos sobre él"

"¿Y qué es lo que ha hecho?"

"Hace unos meses intentó cometer un atentado contra la Nave Nodriza"

La Nave Nodriza era el nombre que le dieron a una nave espacial que apareció de la nada y que han estado utilizando como base de mandos.

"¿Y han logrado detenerlo?"

"Sí, costó un montón de trabajo..."

"Entonces, ¿qué hay que hablar sobre él?"

"Nuestra misión es la de transportarlo a otra prisión localizada en Noxus" - dijo mientras señalaba los carros blindados

"Territorio noxiano..."

"Ya está familiarizado con ellos..."

En ese momento dos yordles aparecieron llevando a otro con la cara tapada, solo se pudo ver que llevaba una ropa azulada con partes metálicas.

"¿Quién será el encargado de ir con él?"

"Tristana, tú serás la elegida para vigilarlo" - respondió el superior

"¿Yo? ¿Por qué yo?"

"Por nada en especial" - dijo mientras escribía su nombre en la lista de "soldados caídos"

El comando se puso en marcha y la artillera se encontraba en la parte trasera del carruaje, sentada delante de la celda del brujo.

"Espero que este trayecto termine pronto..."

"Va a durar poco....." - respondió una voz fría proveniente de la celda

"¿Has dicho algo?"

"He dicho que el trayecto será corto...."

"Peor para ti, vas a pasar mucho tiempo en la sombra"

"Me temo que eso no va a ser cierto" - dijo acercándose a los barrotes

"¿Cómo dices?"

"Que te equivocas cuantiosamente..."

"Estás muy hablador, eh"

"Ya estuve en una prisión... no volveré a estarlo..."

"¿Cómo estás tan seguro?" - preguntó la chica con tono burlón

"Antes de que te des cuenta habré salido.... y no podrás detenerme...." - dijo el brujo seguido de una risita diabólica

La risa era fría, procedente de una voz rota. Aunque la joven pudo mantener la compostura.

"Se te va la cabeza"

"Algún día vosotros si que perderéis la cabeza..."

"Eres como un mago de feria, charlatán" - dijo la yordle con una pequeña risita

El brujo se quedó callado y avanzó un poco más hacia los barrotes.

"¿Quieres comprobarlo?"

"Que chulito eres..."

"Créeme, mi confianza está bien merecida..."

Tristana miró de un lado a otro, se acercó un poco y le quitó el saco con el que tapaban su rostro.

La cara del villano estaba repleta de cicatrices, con un trozo de la mandíbula al aire libre y unos brillantes ojos. Cuando la yordle se dio cuenta ella era quien estaba dentro de la jaula.

"¡¿Cómo he llegado aquí dentro?!" - gritó mientras tocaba los barrotes

"Tu misma lo has dicho... un truco de feria..."

"¡Sácame de aquí de inmediato!"

"Lo siento... te tocó estar presa..."

Veigar usó un hechizo de teletransporte para marcharse, mientras que la artillera sería liberada horas más tardes de su primer encuentro con el maestro del mal.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora