Parte 211: Problemas de tamaño

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Era una mañana tranquila y Veigar se encontraba durmiendo en el sofá del salón, se había quedado frito viendo algún programa en la televisión.

Al yordle le encantaba descansar junto al Poro, ya que la mayoría de su día a día era bastante agobiante.

"¡Veigar! ¡Veigar!"

"¡Pixie! ¡Pixie!"

La bruja se paró en seco cuando vio al mago durmiendo, sentándose a su lado.

"Está dormido, será mejor que no le moleste"

"¡Pixie!"

"No, no quiero despertarle, me gusta ver su cara cuando duerme"

"Pixie...."

"Eso no es para nada raro"

"........"

"Que no te digo..."

La chica se inclinó un poco aunque desde su punto de vista la cara del yordle no podía ser vista, se la tapaba su sombrero...

"No quiero molestarlo, así que dejemoslo..."

"Pixie..."

"Además, tengo que practicar con mis hechizos" - dijo agarrando un libro que había en la mesa

"Pixie Pixie"

"No, no tengo tiempo para jugar"

"Piiixiieee"

"¡No digas eso de él!" - gritó Lulu lanzandole un rayo con su bastón

El hada se apartó, haciendo que el rayo golpeara a Veigar. Este se rodeó de una extraña magia verde y comenzó a menguar, haciéndose más pequeño.

"Pixie..."

"¡No! ¡Veigar! Qué he hecho..."

"Pixie" - dijo el hada posándose en su hombro

"No me eches la culpa, tu esquivaste el rayo, no te habría afectado"

"¿Por qué hacéis tanto ruido?" - preguntó el brujo, despertándose - "¿Y qué hora es?"

"Oh, Vei...."

El hechicero se recompuso aun algo adormilado y miró sus pies.

"¿Mmmm?"

"Pixie Pixie Pixie"

"¿Por qué el sofá es más gran...." - dejó de hablar cuando vio que la habitación era enorme

"Yo lo siento mucho..."

"Qué sientes..."

El chico vio a su lado a una Lulu enorme. Él en cambio parecía haber disminuido su tamaño.

"Veigar, te lo puedo explicar"

"Lulu... ¡¿qué me has hecho?!" - gritó enfadado

"¡Pixie! ¡Pixie!"

"Quería lanzarle un hechizo a Pixie y..."

"¡Te tengo dicho que no uses magia dentro de casa!" - le interrumpió muy malhumorado

"¡Lo siento mucho Veigi!" - gritó la chica con los ojos llorosos

"¡No me llames Veigi! ¡Y devuélveme a mi tamaño normal!"

"Sí... un... un momentito..."

"¡Ni momentito ni nada! ¡Ya!"

La yordle agarró su bastón y usó su Crecimiento Salvaje con el hechicero.

El cuerpo de este empezó a crecer, sin embargo los rayos de colores cambiaron a los del primer conjuro, reduciéndolo al mismo tamaño.

"¡No ha funcionado!" - gritó el brujo al ver la habitación

"De-debe de haberse contrarrestado con el anterior conjuro"

"¡¿Qué piensas hacer ahora?!"

"Yo.. yo.... ¡no lo sé!" - gritó la chica antes de empezar a llorar

"¡Haz cualquier cosa menos llorar!"

El Maestro del Mal estaba enfadado, muy enfadado con ella. Muchos se metían con él por ser pequeño y ahora iba a convertirse en el hazmerreír de la liga.

"¡Para de llorar! Iremos a ver a Viktor..."

"Sniff... sniff... ¿a Viktor dices?"

"Sí, tal vez el sepa cómo deshacer este estropicio"

El mago saltó desde el sofá, luego empezó a correr en dirección hacia el pasillo.

"Veigar, espera, ten cuidado"

"Quédate donde estas, bastante has hecho ya" - dijo el mago, aún enfadado

La hechicera se quedó en la posición donde estaba, sentándose en el suelo y tapándose la cara con sus rodillas, solo podía pensar en lo que había hecho.

"Pixie, Pixie..."

"No, él tiene razón, solo espero que no me odie...." - dijo con la cara tapada

"Pixie... Pixie..."

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora