Las Crónicas de Veigar

Parte 89: Momento Crítico

Viktor acudió a la mansión de Veigar para zanjar ciertos asuntos relacionados con los Emisarios del Mal, solo para ver combatiendo contra la máquina de combate de Rumble.

Esta se encontraba destrozada, temblando y con un color rojo vivo. Esto último debido a que se acababa de activar la cuenta atrás de autodestrucción.

"Cuenta de autodestrucción... autodestrucción... ¿qué es una..."

"¡¿Por qué añadiste una autodestrucción?!" - gritó el brujo a su compañero

"Por si alguien me la quería robar, es lógico, ¿verdad?" - preguntó al científico, esperando que le diera la razón

"No, eso es muy estúpido"

"Pero... tampoco es tan estúpido... es más sensato que..."

"Entiendo que lo instalase" - dijo el científico - "Pero que pueda activarse así es una negligencia mayúscula"

Dichas palabras se clavaron como cuchillos en Rumble, en parte porque era verdad.

"De todos modos, ¿cuánto tiempo tiene esa cosa?"

"Teniendo en cuenta el radio, unos cinco minutos" - dijo calculándolo mentalmente

"¡¿Cinco minutos?!"

"¿No puedes detener la detonación?"

"Está bloqueado, estaba trabajando en sus sistemas cuando ese (bababui) Teemo lo desconfiguró" - dijo con cierto tono de odio

"Oye, Veigi, ¿qué pasará cuando explote?"

"No va a explotar, no dejaremos que pase"

"Buena manera de pasar tus últimos cuatro minutos de vida... Veigi..."

"¡¿Quieres parar de una vez?!"

"Necesitamos opciones" - recordó el Heraldo de las Máquinas

Ciertamente eran cuatro campeones del Instituto de Guerra, algo se les podría ocurrir para salir de esta.

"Mi Horizonte de Sucesos podría parar la detonación unos segundos, pero no sería suficiente"

"¿No hay ninguna cosa en la máquina que pueda activarse?"

"Está su Escudo de Restos, podría usarlo para frenar la explosión, crearía solo una onda pero tendría que hacerlo en el momento justo" - le dijo el mecánico

"Es demasiado arriesgado, no tenemos tanta precisión..."

"Mi Campo Gravitatorio podría frenar el ritmo de la explosión pero...."

"Igualmente tendríamos que hacerlo muy meticulosamente, sin fallas"

"Todo esto es por tu culpa Rumble" - le dijo enfadado Veigar

"¡No es por mi culpa! ¡Es por culpa de Teemo!"

"¿Podéis dejaros ya de discutir? Necesitamos apagar este problema y no estáis ayudando"

"Estamos intentando pensar en algo..."

"¿Hasta donde llegaría la explosión?" - preguntó el hechicero

"Más o menos el ratio de tu mansión" - dijo mirando los alrededores

"Cómo te odio..."

"Se me ocurre una idea....."

"¿En serio? Dilo, solo quedan dos minutos"

"Veigar usará su Horizonte para frenar el ritmo de la bomba, yo usaré mi Campo Gravitatorio para reducir el impacto, Lulu la encogerá de tamaño y Rumble usará su Escudo de Restos"

"Osea, que cada uno hará una cosa distinta al mismo tiempo..."

"¿Y eso detendrá la explosión?" - preguntó el mago

"Habrá una explosión, pero no nos alcanzará"

"No tenemos nada que perder" - dijo Rumble sacando un dispositivo

"¿La vida te parece poco? Maldito cafre..."

"Mira que eres antipático..."

Todos esperaron y cuando la máquina estuvo cerca de explotar, Veigar usó su Horizonte de Sucesos y Viktor su Campo Gravitatorio para frenarla.

"Parece que está funcionando..."

"Tu turno Lulu... Rumble, haz algo útil..."

"Gracias por esas probables últimas palabras..."

Lulu uso su Banal, reduciendo su tamaño, mientras el mecánico activaba su Escudo de Restos. Fue entonces cuando la máquina explotó, generando una onda que apenas fue notada por los presentes.

"Leñes, si ha funcionado"

"Eso fue... muy..."

Un gigantesco trozo de hierro pasó por delante de Viktor.

"Peligroso..."

"¡Veigi!" - gritó Lulu fuertemente

"Ahh... arg...."

El Maestro del Mal estaba delante de Lulu, con un gran trozo de metal clavado en su espalda y con mucha sangre.