Parte 254: Un poco de calma

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Era domingo y el Maestro del Mal, Veigar, había salido de su mansión. No se fue muy lejos, pues se encontraba en una pradera cercana, recostado en un árbol.

Su sombrero estaba agachado, de modo que ni sus ojos ni su cara eran visibles. Sus manos enguantadas se encontraban sobre su pecho y parecía estar medio dormido.

"Zzzz..."

"¡Veigar!" - gritó alguien a lo lejos

"Zzz..."

"¡Veigar! ¡Veigar!"

"Uff..."

El brujo se reincorporó y observó a Lulu corriendo hacia él. Parecía estar algo decepcionado de que la tranquilidad durase tan poco.

"Uff... debería... correr más..."

"Ya empezamos otra vez..."

Al menos esta vez no parecía que le acompañase algún campeón aleatorio...

"Veigar, te he estado buscando por todos lados" - le dijo la chica

"Ya, bueno, esa es la idea de estar aquí, que no me encuentren"

"¿No querías que te encontrase?"

"Ni tu ni nadie... ¿qué quieres ahora?"

"¿Qué estás haciendo tan lejos?"

"Descansar un poco... últimamente no he tenido tiempo..."

"¿Puedo acompañarte?"

"........"

"¿Qué?"

El mago le miró con un cara de incredulidad, no creía poder descansar con ella al lado, pero al menos así se aseguraba de que no buscara problemas o quemara la casa.

"De acuerdo, pero no me molestes"

"¡Bieeeeeen!"

"¡Y no chilles!"

"Bieeeee...."

La chica se acostó al lado del hechicero, miró a los alrededores y vio a varias mariposas que revoloteaban alrededor de una flor. A la yordle le fascinaban las mariposas.

"Las mariposas son muy bonitas"

"......."

"Me pregunto si habrá alguna de color purpura" - decía la maga

"......."

"Las purpuras son especialmente..."

"........"

"Uuuhhh..."

La bruja se calló y siguió mirando a su alrededor, ya no estaba tumbada sino sentada y se fijó en el árbol bajo el que estaban. Era un manzano con frutas de un color rojo muy vivo.

"Esas manzanas parecen muy buenas"

"......."

"Tal vez pueda coger algunas" - dijo sonriente

"......."

"Eh, Vei..."

Veigar estaba en un estado de descanso absoluto. Había desconectado, pues el mismo hecho de pensar le dolía, sus brazos y piernas pesaban una tonelada, solamente quería quedarse en ese lugar un rato.

Le daba igual lo que dijera Lulu... realmente no le molestaba pero una cosa era hablar y otra muy distinta era acercarse a él...

"Vei..."

"¿Mmmm?"

"Veig..."

Cuando el brujo levantó su sombrero ella estaba enfrente suya.

¿Es que acaso jamás tendría la posibilidad de tener un día libre de estas situaciones?

"So-solo quería saber si estabas durmiendo" - dijo la chica algo sonrojada

"......."

"¿He hecho algo malo?"

El yordle se quedó mirándola unos segundos. Recordó cuando hace tiempo ella hacía esas cosas y él se ponía a rajar...

Ahora seguía enfadándose, pero se lo tomaba todo con más calma.

"Debería callarme de una vez y dejarte descansar"

"Estoy bastante de acuerdo con eso" - murmuró en voz baja

"Has hablado"

"Evidentemente, con tu ruido lo lógico sería protestar al menos una vez..."

"No hacía falta ser tan..."

Tal vez fuera por un impulso, pero cuando la chica intentó mirar hacia otro lado le agarró de los hombros y se acercó para darle un beso en los labios.

Lulu se sonrojó muchísimo, con los ojos abiertos de la sorpresa. Después de algunos segundos el brujo se separó de ella y se volvió a recostar contra el árbol.

"Ahora... cállate..."

"Ve... Veigi..."

"No me llames así..."

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora