Las Crónicas de Veigar

Parte 78: Sin nombre

La mansión de Veigar era una casa muy impresionante, no era un castillo ni era lujosa, pero si era bastante grande. En el día de hoy hay un hombre parado frente a su puerta, era alto y portaba una katana.

Era extraño que alguien encontrase su mansión por dónde se encontraba... pero a estas alturas, ¿quién no la encuentra?

"Aquí debe de haber alguien que me dé indicaciones"

"¡Te estoy diciendo que me dejes en paz!"

"Sí, parece que hay alguien..."

El forastero llamó a la puerta y esperó varios minutos hasta que alguien abrió la puerta. No se veía a nadie a primera vista, tuvo que inclinar la mirada para ver al yordle.

"¿Puedo ayudarle en algo?" - preguntó el yordle levantando la cabeza

"Quería saber si podía darme indicaciones"

"Emm... de acuerdo... es algo rápido..."

"¿Cómo dice?"

El hombre estaba algo extrañado, pues de donde venía no solía ver muchos yordles.

"Está bien, ¿indicaciones para dónde?"

"El Instituto de Guerra"

"¿El Instituto de Guerra? ¿Eres un invocador?"

"No, me han admitido como campeón, ¿pasa algo?" - preguntó desconcertado

"Cada vez eligen campeones más raros, lo siguiente seguro que es un pez gato" - dijo llevándose la mano a su cara de la decepción

"Yo soy un guerrero entrenado"

"El guerrero más entrenado no puede hacer nada contra bestias duraderas, maquinas capacitadas, brujos poderosos o soportes inteligentes"

"¿Cómo dice?"

Ese hombre sintió como si el yordle estuviera molesto. ¿Acaso un maldito samurai valía más que su magia?

"¿Acaso he dicho algo que le ha molestado?"

"No, pero ten mas consideración, no todos los campeones son guerreros, los campeones son aquellos que marcan la diferencia"

"Quizás es usted quien debería tener más consideración al hablar"

"¿Yo? ¿Por qué?"

"Porque yo solo me he identificado con lo que soy, no he puesto en inferior escala a la mía"

"Pues lo parecía"

"Pues no era así"

El maestro del mal dirigió su mirada al jardín, dónde se encontraban Rammus y Lulu.

"Habla como si supiera del tema"

"Soy un campeón desde hace mucho y no soy un guerrero"

"Entiendo, procuraré no subestimarle" - dijo, mientras miraba a otro lado

"Más te vale..."

"Intente no hacer lo mismo conmigo..."

Esta conversación ya se estaba yendo por otros lados y eso molestaba a ambos. Él solo quería indicaciones y Veigar que le dejaran en paz.

"De todos modos, ¿me puede decir cómo se llega?"

"Está bastante lejos, atraviesa las Tierras Vudú y sigue hasta Demacia"

"Muchas gracias, espero que nos veamos en la grieta" - dijo dándose la vuelta para irse

"Espera un momento"

"¿Pasa algo? ¿Le he molestado en algo más?"

"No me has dicho tu nombre" - dijo Veigar

Esas palabras cambiaron el rostro del hombre que miró hacia el suelo.

"Mi honor esta manchado, carezco de nombre"

"En ese caso búscate uno rápido..."

"Quizás... con una pequeña usé el seudónimo de Yasuo..."

"¿Yasuo?"

"Es un kaiju, significa superior... y todos los campeones somos superiores a un guerrero, ¿verdad?"

"Ya estamos de nuevo con eso eh... bueno, supongo que podrías ser mejor que un guerrero..."

"Soy un maestro del viento..."

"Del viento... qué curioso... Yasuo..."

"¿Sabías del significado de mi nombre? ¿O me conocías por él?"

"Quizás por parte de un viejo amigo"

"Por cierto, no me ha dicho su nombre" - dijo Yasuo

"Mi nombre es...."

Pero el brujo fue interrumpido por Singed, que apareció desde el pasillo que había detrás suya.

"Oye, Veigar, ¿por qué tardas tanto?" - preguntó en químico

"Estaba ocupado con este forastero"

"¿Forastero? ¿De quién se tra..."

En ese momento la cara de Yasuo se llenó de rabia y se lanzó contra Singed, dándole un puñetazo en la mandíbula que le tiró al suelo.

"¡¿Qué te crees que haces?!"

"Este hombre es un asesino y merece el golpe que le he dado..." - dijo desenvainando su katana

"¿Eres Jonico? Seguro que eres Jonico"

"Soy Yasuo... y pienso hacerte pagar sus crímenes..."