Las Crónicas de Veigar

Parte 31: Galletas

La situación era sumamente extraña, tanto la orden Kinkou como Veigar, Zed, Syndra y Lulu estaban sentados en una mesa, en el jardín de la casa de Tristana.

La tremenda pelea que hubo entre estos dos bandos se pacificó en cueando la pequeña yordle intervino.

"Lulu, no me dijiste que iba a venir tanta gente"

"Pero son amiguitos"

"Son gente muy muy... muy extraña... y Veigar"

"¿Qué quieres decir con "y Veigar"? ¿Eh?"

"No hay problemas, hemos hecho muchas galletas"

"Veigar, recuerdame por qué estamos aquí..." - le habló su compañero

"Nuestra batalla casi acaba con la ciudad destruida..."

"........"

"Además solo es una merienda, terminamos y seguimos"

"¿Seguir después? Se hará demasiado tarde, dejadlo para otro día" - les dijo Syndra

"Hazle caso, acabo de comprobar lo que es verla enfadada"

"Yo creo que estamos aquí porque Veigar quiere galletas" - les susurró Kennen a sus compañeros

"¿Qué has dicho de mí? Sucia rata"

"¿Rata? ¿Dónde?" - el ninja parecía confundido

Shen analizó la situación mientras los campeones hablaban, el caso es que realmente podrían causar daños si peleaban en mitad de la ciudad.

Y por primera vez en mucho tiempo sus enemigos parecían estar calmados... no podía provocar un disturbio innecesario...

"De todos modos no estaríamos aquí si no hubieras atacado a nuestro compañero"

"Akali... suficiente..."

"Fue ese yordle quien atacó sin motivo..." - se defendió Zed

"¿Y qué pretendías? ¿Atacar Bandle?"

"Eso a ti no te...."

"Porque es lo que me diste a entender"

"¿Le dijiste que ibas a atacar Bandle estando en una cita?" - le recriminó Syndra

"Agradecería no usases esa expresión..."

"Es lo que hacíamos, eso y visitar al pequeñajo"

"¿A quién llamas pequeñajo?"

"¿Una cita?" - repitió el Ojo del Crepúsculo

"¿Pasa algo con eso?"

"Nada, solo me recordó a algo..."

Esa era una acción bastante mundana, la cual le recordaba a los viejos tiempos donde era un chico abierto.

"Que tu tengas citas es más raro que un perro verde..." - dijo Akali

"Incluso el gran líder de la Orden de las Sombras puede permitírselo"

Debido a que ambos eran Ninjas de la Orden Kinkou, no tenían mucho tiempo libre entre el entrenamiento y la Liga de Leyendas. Y mucho menos para fomentar su romance.

"¿Qué quieres decir con eso?" - le replicó con tono amenazador

"Hey chicas, he traído las galletas" - dijo Lulu poniendo un plato de galletas entre ambas

"Las hemos hecho de manzana caramelizada por dentro"

La mayoría cogió un par, Zed fue el único que no comió. Otros como Shen solo lo hacían por cortesía, con Veigar y Syndra como los únicos que tenían interés en comerlas.

"Oye Veigar, ¿están buenas?" - preguntó la yordle

"Si, están bastante buenas..."

"Me alegro mucho Veigi"

"Lulu, te he dicho ¡que no me llames Veigi!"

"No te pongas así Veigi, disfruta de las galletas que he hecho especialmente para ti"

Los presentes volvieron a mirar al autodenominado Maestro del Mal, al menos los ninjas Kinkou y Syndra, haciendo que su enfado solo aumentaba.

"Lulu...."

"No pasa nada... Veigar...."

"Si, al fin de al cabo vivís juntos, ¿no?" - remarcó Kennen

"Lulu, no me dijiste que vivíais juntos" - dijo Tristana con sorpresa

"Deberías ponerte un maldito bozal, rata eléctrica"

"No tienes de que avergonzarte" - dijo Syndra, conteniendo una risita

"Que vivamos juntos no significa na...."

"Veigar fue quien me pidió que viviera con él" a

"¡Lulu! ¡Vale ya!"

"No me está diciendo nada malo, maestro del mal" - se burlaba la yordle azulada

"Estoy harto, vayámonos Lulu"

El yordle de morado empezó a crear un agujero de teleportación para irse lo más rápido posible de allí.

"¡Ya voy Veigi!"

"¡Que no me llames así!"

El portal se cerró y fue la excusa perfecta para que el resto de campeones se retirase hasta su próximo encuentro.

"Eso fue muy gracioso, bueno, ¿quien me ayuda a reco..."

"¿Pixie?"

"Te han dejado sola conmigo... ninjas tenían que ser..."