Parte 98: Cicatrices

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Veigar acababa de cerrar la puerta de su casa tras la conversación y el beso con Lulu. Estaba más quieto que un cadáver, completamente rojo y temblando.

El Poro apareció para verle en ese lamentable estado, acercándose para ver qué pasaba.

"........"

"L-la he besado..." - dijo mientras salía de su asombro

"........"

"Maldita sea..."

El hechicero empezó a andar de un lado a otro de la habitación, aún muy alterado.

"¡¿Cómo ha pasado esto?!"

"........"

"Ella... y fui yo quien... dios... ¿lo entiendes?"

El yordle se apoyó en la pared y se golpeó la cabeza contra ella un par de veces.

"¿.........?"

"Dios... necesito hablar de esto con alguien...."

"........"

"No te ofendas, pero alguien que me conteste y..."

Los ojos de Veigar se abrieron mientras chasqueaba los dedos, conocía de alguien experto en esto.

El brujo caminó rápidamente, sin llegar a correr, hasta las mazmorras. Una vez allí suspiró antes de entrar en una de ellas y ver a Rammus, aún encadenado.

"Rammus..."

"Hey, he escuchado un par de gritos, ¿ha pasado algo?"

"Ella... y luego... irse... y yo..."

"Tranquilízate que no escucho nada y he evitado los spoilers de twitter" - le dijo al hechicero

"¿Twitter? ¿Qué es eso?"

"Cosas mías... nada relevante..."

"Lo que tu digas....." - comentó algo más calmado

"Ahora, cuéntame qué ha pasado"

"Ella me dijo que estaba muy enfadada porque me burle de sus sentimientos..."

"Algo completamente lógico si se me permite decilo"

"No, no puedes... entonces dijo que quería irse.... y yo acabé.... besándola...."

Rammus, el campeón más tranquilo y relajado de toda Runaterra, se había quedado sorprendido. No era nada exagerado, simplemente abrió los ojos.

"¡Yo no quise! Pero... estaba yéndose... no pude pensar...." - dijo mientras temblaba

"Hey, relájate, esos son sentimientos normales en la gente, deberías alegrarte de haberte sincerado"

"Pe-pero.... ¡yo soy malvado! ¡no tengo sentimientos!"

"¿Y? Eres malvado, pero puedes tener sentimientos...."

"Eso... eso es...."

"Eso es así, quieras o no, tienes sentimientos y puedes enamorarte... tenerla...."

"Tu crees.... en un caso hipotético.... ¿crees que me aceptaría?" - le peguntó confuso

"Ya te aceptó hace mucho tiempo"

"Pero... soy feisímo... soy un villano, el maestro del mal.... y bastante antisocial...."

"¿Y? ¿Qué más da? Eso no es nada para ella" - dijo con total seguridad

"¿Cómo estás tan seguro de ello?"

"Porque os conozco a los dos perfectamente"

Veigar se quedó callado y mirándose así mismo, podía tenerla... podía intentarlo...

"¡Soy el Maestro del Mal! ¡Claro que puedo tenerla!" - gritó con su típica voz de enfado

"Suerte....."

"Emmmm, oh, si... gracias, supongo..."

"......."

"Quizás pueda... pueda hacer algo por ti..."

"Bueno... está el seguro dental..."

"¡Te dije que jamás mencionaras ese seguro!" - le gritó cerrando la puerta de golpe

"Al menos lo intenté..."

Veigar estaba decidido, le gustaba Lulu y a ella le gustaba él. Podía tenerla a su lado, era el Maestro del Mal, debía de tenerla a su lado.

El hechicero avanzó hacia el salón y agarró su cetro de poder, luego fue a la entrada, dónde escuchó como alguien llamaba a la puerta.

"¡¿Quién demonios se atreve a molestar mis planes?!" - gritaba lleno de ira

"........."

"Lo siento, Poro, no quería gritar tan alto"

El mago apretó fuertemente el pomo y abrió rápidamente, como suponía delante suya estaba Lulu.

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora