Parte 23: San Valentin

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Mientras Lulu se quedaba sorprendida frente al regalo de Veigar, retrocedemos a hace dos días, poco después del intenso arco anterior.

Realmente estaban en el mes de Febrero, para ser más exactos dos días antes de San Valentín.

"No puede ser..."

"Veigar, ¿ha ocurrido algo?"

"No, claro que no, piérdete con ese hada tuya"

"¡Pixie! ¡Pixie!"

"No me hables que no te entiendo"

La chica se marchó al jardín a jugar con su pequeña compañera.

"¿Cómo puede haber llegado esta fecha tan pronto?"

"Pixie... Pixie..." - chillaba en la distancia

"Lalalala... lalalala...."

"Pequeña boba... ya ha llegado San Valentin"

El Maestro del Mal la veía a través de la ventana, siendo que jugaba de una forma infantil o entrañable.

"No es mi novia, solo una amiga, no tengo por qué regalarle nada"

"Pixie...."

"Psstt... cómo chillan... también podría regalarle como amigo..."

Veigar recordó brevemente cuando Lulu le abrazó y cuando le hizo la tarta de manzana.

"Necesito consejo... pero... ¿de quién?"

Veigi, si alguna vez tienes problemas con el amor no recurras a mi...

"Qué gran consejo, Diana... pero necesito a alguien experto en estos temas"

El hechicero agarró su bastón y se fue andando por todo el castillo hasta llegar a las mazmorras.

"Hey tu, ¡despierta!"

"Emm.. ah, hola Veigar, ¿qué tal las cosas?" - preguntó Rammus

"Vengo a buscar consejo sobre un tema..."

"¿Es sobre San Valenín?

"Si, ¿cómo lo sabes?" - se extrañó el yordle

"Lulu fue muy amable poniéndome enfrente un calendario"

"Esa Lulu, le dije ¡que no te trajera cosas!"

"Bueno, ¿qué te pasa con San Valentin?"

"No sé si regalarle algo, quiero decir... no soy su novio ni nada pero ¿y si ella espera algo de mi parte?"

"Bueno a veces los regalos se pueden hacer con cariño" - luego se puso a pensar mirado al techo

"Osea, como amigos, ¿no?"

"Eso es, además, si le regalaras algo seguro que se pondría muy contenta"

"Eso es más que seguro, además así podría agradecerle su tarta"

Pero rápidamente el estrés y agobio regresaron a los pocos segundos...

"De todos modos no sabría qué regalarle"

"Puedes regalarle una diadema o un cactus"

"Lo primero podría gustarle, gracias Rammus, solo por eso hoy no sufrirás" - dijo dejando los ojos casi cerrados

"Oh, que bien, me alegro por ello"

Regresamos a la actualidad, donde Lulu finalmente coge el regalo de manos del maestro del mal.

"¿E-es para mi? ¿Por.. San V-valentin?" - preguntó nerviosa

"S-si, es por todas las tartas que me haces... y por ser mi amiga... ya sabes"

"Solo por ser tu..."

"Amiga, conocida, lo que sea, es lo mismo..."

"¿P-puedo abrirlo?"

"¡¿Para qué voy a dártelo sino?!"

Lulu empezó a abrir el regalo, que venía en una caja pequeñita, y cuando por fin quitó el papel de regalo se encontró con una diadema en forma de mariposa.

No era muy elegante y tampoco era ostentoso, pero parecía el típico estilo de Lulu.

"Ve-veigi..."

"No... ¿no te gusta?"

"¡Pixie! ¡Pixie!"

Los ojos de Lulu brillaban a más no poder cuando vio aquella cosa tan cuqui.

"E-es muy bonito Veigi... me gusta mucho..."

"Me alegro de que te haya gustado..."

"Tengo ganas de ponermelo"

"¡Pixie! ¡Pixie!"

Veigar se dio la vuelta dispuesto a irse cuando la yordle le agarró por detrás con fuerza.

"¡Muchas gracias Veigi! ¡En serio!"

"N-no tienes por qué darme las gracias Lulu"

"En serio Veigi, nadie me había hecho nunca un regalo así... gracias.." - dijo mientras hundía su cara en su espalda

"Me alegro de que te guste Lulu... ahora suéltame..."

"Solo... solo un poco mas..."

"¡No! ¡Suéltame ahora mismo!"

Y así se quedaron ambos yordles por un rato más... hasta que el brujo se hartó de tanta empalagosidad...

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora