Parte 191: La linterna

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Era una situación extraña, Lucian se encontraba luchando contra Thresh en una cripta, este último contando con la ayuda de un ejercito de espectros.

Y aunque el Purificador no tenía problema en enfrentarse a varios, sí se veía debilitado.

"¿No puedes tener una lucha decente?"

"Hoy tengo otros planes, pero verte muerto es un aditivo muy bueno" - dijo sonriendo el fantasma

"Me subestimas mucho"

"Si quieres autoengañarte... a mi me da igual"

"¿Tienes que tener siempre la última palabra?"

"Pues... sí"

El purificador se defendió de los no muertos y fantasmas lanzando sus ráfagas de luz. Eran muchos nigromantes, pero los disparos de luz les desintegraba rápidamente.

"Da igual cuantos de ellos destruyas, más surgirán" - dijo Thresh alzando su linterna

"En cuanto termine con estos iré a por ti"

"Una lástima, tengo cosas mejores que hacer que combatir contigo" - dijo mientras subía las escaleras de la cripta - "Nos vemos, purificador"

"Maldito saco de huesos..."

"Una cosa menos de la que preocuparme..." - murmuró el ente

La puerta de la cripta se cerró a medida que Lucian seguía destruyendo a sus enemigos con sus ráfagas.

"Volveremos a vernos, carcelero... tenlo por seguro..."

"¡Grrruaaaahhhh!"

Mientras tanto en una parte oculta del cementerio se encontraba el fantasma oscuro, con los brazos cruzados y apoyado en un roble antiguo. Esperando conforme miraba la creciente niebla.

"Ya debería de estar aquí..."

"¿Te he hecho esperar mucho?" - preguntó una anónima

"Siempre... siempre espero..."

El carcelero se giró para ver a Veigar, avanzando desde la niebla hacia donde él se encontraba.

"Ya era hora, el día se hace muy largo y yo quiero descansar"

"¿Te ha pasado algo?"

"He vuelto a vérmelas con ese Lucian, no he podido apoderarme de su alma..."

"¿Es que acaso era más rápido que tu hoz?"

"No, es que tenia prisa por reunirme con yordle paranoico y molesto"

"Ya, bueno, habrá más días y ocasiones" - dijo Veigar cruzado de brazos

"Qué gracioso ha salido el sucio mortal"

"No pagues conmigo tus fracasos personales, Thresh"

Ambos eran compañeros en los Emisarios del Mal, aunque tenían objetivos muy distintos. Uno quería dominar toda Runaterra, el otro solo cumplía su trabajo como recolector macabro de almas.

"¿Me has traído lo que te pedí?" - pregunto el hechicero

"Si, lo encontré en una cripta de este cementerio"

"Estupendo..."

Thresh sacó de detrás suya una especie de linterna o farol negro con una intensa luz naranja en su interior que la rodeaba enteramente.

"Me alegro de que hayas podido encontrarla"

"Oye, Veigar, ¿para qué quieres el Farol Inquieto?"

"Estoy trabajando en otro de mis planes" - dijo sin mirarle directamente

"No me mientas, puedo leer tu alma" - dijo señalándolo con su hoz

El yordle oscuro se quedó callado algunos segundos mientras agarraba fuertemente su cetro.

"¿Alguna vez has pensando en la vida de la gente?" - pregunto Veigar mirando el suelo

"¿La vida de la gente? Tu sabes... mi existencia depende de arrebatarla..."

"La mayor parte de las veces pensamos en nosotros, pero hay veces en las que llegados a un momento pensamos más en quienes tenemos alrededor"

"¿Esto tiene que ver con Lulu?"

"Si... digamos que si..."

"¿Planeas hacerle algún ritual?"

"No exactamente..."

El mago agarró la linterna, se ajustó el sombrero y se marchó hacia la niebla.

"No voy a hacerle algo... voy a hacérmelo a mi mismo..."

"De acuerdo... haya tu y tus planes ocultos..."

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora