Parte 73: Un villano con clase

933 71 17
                                    

Hay miles de historias, algunas son sobre Lulu y Veigar, otras sobre el Instituto de Guerra, sobre Bandle o incluso Urgot, porque Urgot es amor.

Sin embargo por cada historia que ocurre en nuestra dimensión, ocurre una distinta en dimensiones distintas, hoy nos vamos a adentrar en una dimensión desconocida....

"Veigar, despierta, es hora de trabajar" - dice una voz de fondo

"Mmmm...."

"Venga, Veigar, despierta"

"Ya voy...."

Este era el yordle de siempre, pero con bigote. Se levantó y se desperezó, luego avanzó hasta su armario y empezó a ponerse su traje de morado.

"No tendrías que haberte quedado hasta tan tarde"

"Tenía que terminar los ajustes"

"Cuidado con el monóculo"

"Seguro que hoy será un gran día" - dice colocándose el sombrero

"¿Qué toca hoy?"

Lulu estaba a su lado, poniéndose su propio traje. Este era similar al de su novio, salvo de que un morado mucho más suave.

"Hoy toca robar el Petro-Cañón"

"El nombre es bastante acertado"

"Eso díselo a Heimerdinger" - dijo agarrando su bastón

Lulu le agarró del brazo y ambos avanzaron por el pasillo hasta el ascensor, siendo que en este universo sorprendentemente estaban casados.

"Buenos días, señor Veigar" - le saludó un súbdito de morado

"Buenos días nº4"

"Espero que haya tenido un buen despertar"

"Gracias nº9"

Lulu cogió asiento en uno de los monitores de la parte frontal de la sala, donde también se encontraba un científico de cabeza enorme y color verde. No parecía yordle o humano.

"Heimerdinger, ¿van bien los planos?"

"Pues claro, ¿esperabas menos de mi? ¡El gran Heimerdinger!"

"Bueno, el "gran heimerdinger" metió la pata y convirtió un rayo de calor en uno de frío"

En la distancia podía verse un súbdito de morado congelado.

"No afectó a la misión en nada" - dijo mirando hacia otro lado

"La idea era derretir los casquetes de Freljord... ¡no hacerlos más grandes!"

"Pero... la sobresaturación de hielo puede..."

"¡No intentes buscar excusas!"

"No te sulfures, acabas de sobrevivir a un disparo, no te conviene alterarte" - dijo Lulu, algo preocupada

"Lo siento, querida" - se disculpo acariciándole la cabeza

Tras su último viaje de investigación el villano tenía que tranquilizarse. Se acercó al centro de la sala, tomó asiento y encendió el monitor.

"¿Cómo van los Súbditos nº32 y nº76 en el robo del Petro-Cañón?"

"Han tenido un pequeño percance con Superteemo"

"Define pequeño percance"

"Intentó detenerles, pero le han dado esquinazo" - informó Heimerdinger mientras mostraba la ruta de los súbditos en el monitor

"Que leales son estos súbditos, es una lastima que el Instituto quisiera cambiarlos por unos rojos"

"El color rojo no me gusta, no se aprecia la sangre en ellos"

"Qué dulce..."

"Veigar, los súbditos ya han llegado, están en la puerta" - informó la yordle

"Déjales entrar, ya va siendo hora de probar nuestro nuevo juguete"

"¿Traigo el plato con frutas de prueba?"

"Sí, trae uno de ellos"

Los súbditos entraron arrastrando una gran caja de madera, parecía madera de la buena.

"Buen trabajo, podéis tomaros un descanso para el bocadillo"

"¡........!"

"¡........!"

"Es hora de abrir este peligroso y sutil artefacto"

El mismo criminal abrió la caja con su llave inglesa sónica y luego la inspeccionó cuidadosamente.

"Está aquí, pero... es extraño..."

"¿Pasa algo Veigar?"

"Esquivaron a Superteemo muy fácilmente... lo que me hace suponer...."

"Quieres decir..."

El villano vio una especie de pegatina roja con un símbolo amarillo, la despegó de la caja y la miró de cerca.

"Les ha seguido con un rastreador... está aquí...." - dijo mientras las alarmas sonaban

"¡Coged las armas! ¡Nos han invadido!"

En cuestión de segundos Superteemo entró en la sala, rompiendo el techo y poniéndose enfrente suya.

"Ya está aquí SuperTeemo"

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora