Parte 99: Sanar las heridas

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Veigar se acercó a la puerta y la abrió rápidamente, afuera estaba Lulu. Él no la esperaba allí, por lo que tardó en reaccionar.

Ambos habían tenido una brusca pelea en parte por culpa del brujo y por ciertos sentimientos complicados que albergaba la joven.

"¿Quieres pasar?" - le preguntó el mago con su voz fría de siempre

"Si...claro..."

"........"

"Hola de nuevo... Poro..."

Los dos yordles pasaron al salón, el mago se sentó en un sillón y la hada en el sofá.

"Bueno...así que... has vuelto..."

"Veigar.... lo que pasó el otro día...."

"Esta vez me toca hablar..." - le cortó en seco - "Durante mucho tiempo he tenido... sentimientos... hacia ti...."

"¿Y por qué nunca me lo has dicho?"

"He pasado por mucho..."

"........"

"Estuve mucho tiempo en una prisión que yo mismo cree, alejándome de todas las personas que intentaban ayudarme..."

Veigar levantó la cabeza y le miró fijamente. Sus manos temblaban por lo intranquilo que se encontraba.

"Siempre pensé que nadie iba a mirarme de la forma en que tu lo hacías, luego empecé a tener... sentimientos hacia ti y tuve miedo..."

"¿Miedo de qué?" - preguntó mirándole a los ojos

"Miedo a perderte... tu siempre me demuestras tu amor, pero yo no soy alguien que te merezcas... te mereces algo más..."

"........."

"También me alejé al no creerlo..."

Inmediatamente el brujo rozó su propio rostro con sus garras.

"Tu no puedes decirme eso, yo te quiero y eso no es algo que puedas cambiar"

"Sé que siempre te grito, te trato de forma fría y muchas veces te hablo mal... pero es parte de mi personalidad, no te odio o detesto..."

"A veces dudé de eso... pero tienes razón..."

"........."

Veigar se levantó y luego se acercó poco a poco hacia la chica, hasta estar enfrente suya.

"Lulu... lo que sientes por mi... si es de verdad..."

"¡Por supuesto que es verdad!"

"Me alegro... porque yo también te quiero..." - dijo con el sombrero ocultando su rostro

"Ve... Veigi..."

En ese momento Veigar cerró los ojos durante varios segundos, cuando los abrió de nuevo se encontró con Lulu llorando a más no poder.

"¿Lulu? ¿He dicho algo...."

"N... ¡no!"

Y de una forma muy repentina ella saltó encima suya para su sorpresa.

"¡Veigar!" - gritaba la chica mientras le abrazaba

"¡Lulu! ¿Qué pasa? ¡Detente!"

"¡Estoy muy feliz Veigar!"

"¡Vale! ¡Pero vas a ahogarme!"

El villano entendió que por primera vez había hecho que alguien llorara, no de miedo sino de alegría.

"Cálmate un poco, Lulu"

"Estoy muy calmada...." - decía secándose las lagrimas de los ojos

"No, no estás calmada en absoluto"

"¡Entonces dame un momento!"

Pasaron algunos minutos, con Veigar sentado en el sofá asimilando un poco todo. Lulu había ido al cuarto de baño para secarse las lagrimas y enjuagarse la cara.

"Ya estoy de vuelta"

"Bien, me alegro" - dijo con su voz fría, nuevamente

"Jejeje..."

La chica agarró el brazo de Veigar y apoyó su cabeza en él.

"Oye Veigi...." - le dijo sonriendo

"No me llames Veigi"

"¿Eso significa que vas a ser mi novio?" - le preguntó felizmente

"Supongo... aunque prefiero un termino menos directo..."

"¿Y tendremos citas?" - preguntó ilusionada

"Seguramente..."

"Veigar, ¿podrías repetirme lo que dijiste antes?"

"Que no me llames Veigi..."

"Eso no, lo otro que dijiste antes"

El Maestro del Mal dudó por un segundo, sabía que esto iba a ser en cierto sentido una cruz. Pero le era imposible negarse.

"Lulu... yo... te quiero..."

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora