Veigar y Lulu caminaban de regreso a la mansión del primero, tras una visita a Bandle llena de momentos vergonzosos y graciosos. Esto último no era aplicable para el brujo.
Ahora mismo estaba bastante enojado por la humillación sufrida ante la Orden Kinkou.
"Vaya vergüenza he pasado..."
"No te lo tomes así Veigi, no veo nada malo en que la gente sepa nuestra relación"
"Lulu, ¿a qué te refieres con "nuestra relación"?"
"A nuestra amistad tan especial, por supuesto"
En ese momento se pudo escuchar a Veigar soltar un respiro de alivio.
"A no ser que quieras...."
"¡A este maldito ritmo se va a hacer de noche!" - gritó mientras aumentaba la velocidad de sus pasos
"E-espera un momento..."
"Tendría que haber conjurado el portal hacia la mansión directamente..."
"Por cierto Veigi, aun me queda una galleta de manzana"
"¿Q-queda una?" - preguntó parándose de repente
"Si, la guardé especialmente para ti" o
"¿No hay gato encerrado?"
"Claro que si Veigi, mi niño bonito y blandito tiene que...." - paró de hablar en cuanto vio su mirada - "D-disfruta de la galleta...."
El maestro del mal dudó por varios segundos, estamos hablando de Lulu al fin de al cabo. Finalmente partió la galleta por la mitad y se comió una parte, la otra se la guardó en un bolsillo de su traje.
"Sabe algo distinta a las demás..."
"Tal vez será porque Pixie y yo le pusimos un poco de magia, casi no nos dio tiempo de hacerla"
"¿El hada? ¿Dónde está?"
"Pix... ¡Pixie se ha quedado en casa de Tristana!"
"Mala suerte, mañana conjuraré otro... espera..."
El yordle repasó las palabras exactas que la niña le había dicho y se dio cuenta de...
"¡¿Has hecho comida con magia?! ¡¿Quieres que me muera?!"
"No es para tanto... creo...."
"¡Claro que es para tanto! ¡Eso es peligroso!"
"Si tu lo dice...."
Algo extraño sucedió en ese momento. El brujo miró a Lulu y vio sus ojos brillando, su liso y claro pelo, su sonrisa inocente y esos carnosos labios... todo acentuado...
Veigar se quedó aturdido por unos instantes sin perder las formas.
"¿Te ocurre algo?"
"N-nada, no pasa nada"
Los pensamientos de Veigar eran raros, le subía la temperatura cada vez que la miraba. Alguna vez le ha mirado con esa cara, pero esto parecía forzado.
"¿Ve... Veigi?"
"Creo que tengo algo de fiebre..."
"¿Fiebre? Pero si estabas bien hace un minuto...."
La chica se acercó a abrazarlo, momento en que el hechicero notó cómo su brazo podía tocar su pecho y cómo el aroma de la chiquilla aumentaba.
"Su-suéltame... Lulu..."
"¡No quiero!"
"P-pero..." - su cabeza parecía arder por segundos
"Estas muy raro Veigar"
"Te digo que... me siento mal..."
El dolor de cabeza comenzó a llegar y esto casi provocó que empezara a sangrar, por fortuna el pequeño maestro del mal no sangraba con facilidad.
"Voy a apoyarme en ese árbol... necesito aire..."
"¿Estás seguro?"
"Déjame por un minuto..."
Pasaron unos segundos antes inevitablemente expulsara la galleta a través de un modo muy desagradable.
"Veigi, ¿estás bien?"
"Lulu, la p-próxima vez... no hagas galletas con magia..." - le advirtió el chico - "¡Y no me llames Veigi!"
"Ok.... ¡pero te hecho una carrera!" - grito la niña corriendo a más no poder
"Ufff, lo que tengo que soportar"
Finalmente y tras un buen par de horas los dos llegaron a la mansión, con el estómago del yordle muy revuelto.
"Que alivio, por fin en ca...."
"¿Pasa algo Veigar?" - preguntaba la yordle
"La puerta esta abierta y el pomo ensuciado..."
"Oh, es cierto, parece sucio..."
"Alguien ha forzado la puerta... hay alguien dentro de la casa..."
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Las Crónicas de Veigar
FanfictionBienvenidos a este fanfiction de Veigar, adentrate en su mundo, donde podrás leer las aventuras que vive con otros supervillanos, con Rammus y en especial con una pequeña yordle llamada Lulu Los derechos de los personajes pertenecen a "League of Leg...