Parte 26: El sombrero mágico

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Era domingo y tras el lío formado por la agente Caitlyn el Maestro del Mal solo quería descansar tranquilamente sin alborotos.

Es por esto que estaba tirado en el sofá con un vaso lleno de zumo y mirando la tele. Nada podía destruir ese ambiente salvo quizás...

"Veigi.... Veigi..."

"¡Pixie! ¡Pixie!"

"Uff..." - suspiró el brujo al verla entrar - "Lulu, te he dicho ¡qué no me llames Veigi!"

"Veigar...."

"¿Qué quieres ahora?"

"Tu sabes lo que quiero...." - dijo la chica mientras se acercaba hacia él

"Emmm Lulu... no.. "

"¿No lo sabes?"

El confundido mago no hizo nada por evitar que la chica se subiera al sofá y es acercarse cada vez más a él.

"Quiero... tu gran... gran... jugoso.... carnoso... sombrero de veigi..."

"Lulu... espera... ¡NO! ¡No te voy a dar mi sombrero!"

"Jooo...."

"¡Y te he dicho que no me llames Veigi!"

"Pero ¿por qué?" - dijo haciendo unos pucheros

"Porque es mi sombrero, tú ya tienes uno"

"Pero me gusta mucho el tuyo...."

"Voy a ver si tengo alguno de sobra"

Veigar se levantó y fue al rincón del salón, sacó una llave y abrió su baúl, en el cual se encontraban varios tipos de sombreros.

"¿Qué tal uno de Rabadon?"

"Ese me dice que queme cosas" - dijo la yordle sonriendo

"Vale, descartado, ¿y este de color blanco y rojo?"

"Es bonito ¡pruebatelo!" - le gritó la pequeña muy emocionada

"Pixie Pixie"

"¿Por qué tengo que probármelo yo? ¡La que lo quiere eres tú!" - replicó enojado

"Solo lo quiero si te queda bien"

"A mi el blanco no me queda bien, nunca me ha quedado"

"Vengaaaa, solo por un momentooo"

"Lo que tengo que soportar..."

El hechicero se cambió su sombrero azulado por el blanco sin que Lulu le viera el rostro, algo que le molestó mucho.

"¿Ya? ¿Contenta?"

"¡Si! Te queda muy bien Veigar" - le dijo la joven sonriendo

"Me alegro, porque al menos esta chorrada te hace feliz" - dijo con su tono de voz normal - "Espera... ¡no quería decir eso!"

"Oh... Veigi...." - se sonrojó la joven

"¡No te imagines cosas raras!" - gritó enfadado

"Pero lo has dicho...."

"¡No quería decirlo aunque si lo pensara! ¡¿Pero qué mierda estoy diciendo?!" - gritaba conforme seguía hablando

"¡Pixie!"

"¡Cállate sucio insecto!"

"Veigi... no sabia que... pensaras así..."

"¡No soy yo!" - Veigar se paró a pensar un momento - "¡Debe de haber sido el sombrero!"

El maestro del mal tiró aquel abominable objeto al suelo, luego agarró su sombrero clásico y se lo puso.

"¿P-por qué t-te lo quitas?"

"¡Porque está encantado! ¡O embrujado! ¡O ambos!"

"Creo que ambos términos significan lo mismo..."

"Debe de leer la mente o algo" - razonó el oscuro hechicero

"Me da igual... ¡quiero que te lo vuelvas a poner!"

"¡No! ¡Nunca!"

"¡Pues me lo quedo yo!" - gritó como una niña pequeña

"¡Me da igual siempre que lo tengas alejado de mi!"

Lulu agarró el sombrero y lo sustituyó por el sombrero blanco y rojo, el cual no le pegaba nada.

"¿Cómo me veo?"

"Sinceramente... mal..."

"Eres malo..." - dijo decepcionada - "Venga, pregúntame algo"

"Pues...." - Veigar se quedó parado un momento y miró a su alrededor - "¿Dónde esta ese hada tuya?"

"¿Pixie? Pues está..."

Pero efectivamente ya no estaba al lado de ella, cosa que le preocupó bastante.

"¡Pixie! ¡Pixie ha desparecido!"

Las Crónicas de VeigarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora