Manati!

Hipocresía!.

La excusa del traidor siempre será que nunca te prometió nada, y la del malagradecido que nunca te pidió nada,
Ambos individuos comparten una característica maquiavélica común, que es  la horrible incapacidad de reconocer el valor de los demás, y por supuesto el impacto de sus acciones mezquinas.
Un verdadero traidor, desestima la confianza que se pone sobre sus hombros, porque desde su fría racionalidad, solo la considera un mero recurso para sus fines, les cuesta comprender que la lealtad es un acto tácito, y siempre lo verás con el afan de justificar su traición. ! No es lo que esperaba! ! Todos menos él! En realidad terminan escondiéndose en el tecnisimo de la falta de compromiso!.
Un verdadero traidor es un hipócrita, tan falso como monedas de alumino
Y en Manatí se enfilan en atacar y en señalar pero no dan explicaciones de si mismos, cumplen con aquello de ver la paja del ojo ajeno, pero no las propias.

Los acaudalados de la elite, gritan a los cuartos vientos: ! A fulano le pagaron! ! Compraron a fulano!.
Y tienen casa, carros y Motos, con salarios muy bajos, sin explicar en que rifa se sacaron esa lotería.

Se convierten en un espejo de lo que critican, y algunos los ven como malagradecidos, minimizan cualquier favor recibido o ayuda, buscando una excusa a sus acciones!.
En ellos no se trata de un cambio de percepción en la forma de hacer política, es acomodaticio a la circunstancia, por eso terminan sobreviviendo a cuánto prefecto pasa por Manatí.

La familia que grita a los cuatro vientos, lealtad y honestidad, no puede explicar como se encuentran tan holgados en estos tiempos, y los bienes que poseen, no tienen como explicar las motos que sacan en rifa cada semana.

Cada uno mira desde su propio ángulo. Pero mientras Don Pepe y Don Giovanni gritan lealtad, parecen estar por debajo de cuerda, deseando que todo salga mal a ver si se deshacen del prefecto. Preparando el discurso para venderse como líderes incolumes a quienes tengan la posibilidad de llegar. Es fácil apostar, que un día después del 28 J, si las cosas no salen como esperan, ellos terminarán en el rango del malagradecido o del traidor.

La hipocresía se mueve demasiado cerca de la administración, todos caminan sobre vidrio.

Los mismo que señalan de traidores al resto, son los que solo esperan como salen los números en julio, para acercarse al grupo de los azules y decirles que siempre lo supieron.

Los mismo carroñeros y zopilotes que salían en defensa hace unos años del prefecto, son ahora los más leales a la élite, no pierden la costumbre de ser gobiernos. Y estar esperando para donde sopla la vela, para vender cuánta poca o mucha información tengan al respecto.

Mientras la hipocresía ronda Manatí, se levanta una nueva guerra, una que no podemos ver, pero que será tan decisiva, que cambiará la historia para siempre.

Está historia continuara