🫦Capítulo 1🫦

3.8K 172 8
                                    

ÁNGELA

Desde niña fui criada para acabar con los enemigos, soy la princesa de la mafia Rusia, mi padre Walter Crane es el mafioso más despiadado que existe en este mundo.

Que sí me gusta ser parte de la mafia, claro que sí, cuando era niña antes de tomar una muñeca tomé una pistola. Es todo lo que conozco desde que tengo memoria.

Soy la hija única de mi padre, bueno, la única que lleva su apellido. Dice por ahí que donde se mudaba dejaba a una embarazada. Pero la única con la que se casó fue con mi madre, por eso llevó su apellido.

—"Ángela, baja, ahora sabe que no me gusta esperar".— Escuché a mi padre gritarme con enojo. Él es un hombre de poca paciencia, recuerdo cada vez que me golpeaba para que hiciera la cosa bien. Ese recuerdo hace que todo mi cuerpo tiemble.

Mi madre fue asesinada por su culpa, la dejó sola en medio de una balacera y huyó como un cobarde conmigo en brazos. Él dijo que ella no le importaba, que lo único que le importaba era seguir con el linaje de los Crane.

Baje rápidamente la escalera para encontrármelo abajo con sus hombres alrededor de él.

—"Justo a tiempo ya iba a mandar a buscar por ti".

—"No hizo falta, ya estoy aquí". — Digo cuándo finalmente estuve frente a él.

Miró cómo sacaba su pistola que estaba alrededor de su cinturón. —"Toma, necesito que te cuide bien, no sabemos si parecerán los Tynes". — Los Tynes son la mafia en contra de los Crane, Viven en Rusia también mi padre mató a Hugo Tynes cuando era pequeña. Dicen que su hijo Connor siguió su legado, no lo conozco, nunca me ha cruzado en su camino. Puedo decir que soy una princesa de la mafia prisionera.

Tomé la pistola y la coloqué en medio de mis senos, mi padre me enseñó a aparecer inofensivas pero siempre armadas, llevo alrededor de tres cuchillos en mis muslos y siempre tengo que protegerme. Mi padre tiene más enemigo que amigo.

Salimos de la mansión y una limusina nos estaba esperando afuera. Uno de los secuaces de mi padre me ayudó a entrar. Walter, mi padre, se sentó cerca de mí.

Cuando la limusina empezó a moverse, él se giró hacia mí. —"Necesito que te proteja, si escucha un disparo sale corriendo. Erick estará detrás del edificio esperándote". — Cualquiera que lo escuchara diría que se preocupaba por mí, que me amaba, pero solo ama quedarse sin linaje, sin una Crane de sangre que lo representara.

—"Entendido". — Contestó.

Cuando llegamos al edificio, mi padre me pasó un altifaz; nadie podía conocer mi identidad; tiene tanto enemigo que apenas puedo salir si es con él.

Me puse el antifaz, muchos saben de mi existencia pero poca gente me conoce. Mi padre se encargó de dejarme encerrada en una mansión mientras solo se dedicaba a que aprendiera todo sobre la mafia.

Los rumores que él inventó de mí dicen que soy un Ángel como mi nombre, pero que cuando te acerca a mí me convierto en un demonio sin corazón dispuesta a matar sin remordimiento.

Muchos me conocen como «La princesa de Rusia», otros como «La princesa sin corazón», «El demonio en un cuerpo de ángel», entre otros muchos nombres.

Cada parte de esos rumores es real, es en lo único en lo que soy tan buena y mentiría si no dijera que disfruto hacerlo.

Entre agarrada de sus brazos, todo adentro era hermoso. Era una fiesta donde mucho de lo mafioso se reunía, algunos para establecer una alianza y terminar su enemistad. Otros solo aprovechaban el momento para matar a su enemigo.

Nunca me gustó esta fiesta aunque cada vez ya era más tranquila. La primera vez que mi padre me trajo, todos empezaron a matarse entre ellos. Casi muero pero mi padre me sacó antes de que alguien terminara el trabajo.

—"Bienvenido Sr. Crane".— Escucho a alguien hablar. Mi mirada se dirigió hacía él, tenía un antifaz como yo, mis ojos se encontraron con lo de él y vi odio en su mirada.

Mi sentido de alerta se activaron aquí entre estas paredes de este edificio. No se puede confiar ni en el camarero porque si te distrae, podía ser un cómplice de tu enemigo.

—"Vete antes de que te mate, no necesito tu discurso de mierda". — La voz de mi padre hizo que regresara a la realidad; estaba embelesada mirando al extraño.

El hombre se retiró, pero no antes de darme una mirada de arriba abajo por mi cuerpo y una sonrisa malvada que hizo que mi cuerpo se estremeciera.

«No me agrada ese chico, será mejor estar alerta con él.»

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora